Y entonces, tú tienes que decir en tu libro
lo bueno que yo he sido contigo,
lo mala que tú has sido conmigo,
mas sin embargo, tú has sido lo mejor que he tenido.
Unos segundos antes de entonar los versos de Título de amor, de Diomedes Díaz, Germán Darío Ramos Bolívar entrecierra sus ojos para recordar la primera vez que estuvo en un escenario. Tenía nueve años en aquel entonces, y su abuela, Juana De la Cruz Martínez, y su mamá, Alba Esther Bolívar, lo llevaron a una función de títeres. Al final de la presentación decidió subir a la tarima y cantar. No recuerda más, solo se transporta en su mente para volver a escuchar esos primeros aplausos.
Luego de esa improvisada intervención hizo parte del grupo Semillas, ahí duró 14 años. Ahora, con 34 ‘ruedas’, lanza su primer disco, al que llamó El caminante.
La fuente de inspiración y de apoyo está justo a su lado, sentada en una silla de bordes plateados y tapiz color azul rey, de brazos cruzados y sonriendo ante los versos de su hijo. 'Mi mamá me vio cantar cuando era pelaíto, sentado con música a todo volumen. Aún se emociona cuando me escucha', dice Germán, mientras Alba se seca las lágrimas que solo tienen un significado: orgullo.
Y Rosa siempre me dice niño bájame un manguito
R.osita siempre me dice niño bájame un manguito
'Esas lágrimas de orgullo y felicidad las siente mi alma', dice Germán al ver llorar a su madre, antes de cantar el tema La conchita e' mango, mientras también lo escucha su tía Zenith Fontalvo Martínez, 'su segunda mamá'.
Al ‘Canario de Ciudad Modesto’, como es conocido en este barrio del suroccidente, le encanta escuchar 'de todo'. Es experto en recordar los años, compositor y álbum de cada producción que le gusta. No duda en decir que su salsa favorita es Periódico de ayer, de Héctor Lavoe.
'Es una persona talentosa, echao pa’ lante. A veces uno se da cuenta de que la palabra para él no es discapacidad. A pesar de sus limitaciones él se ha encontrado con buenas personas que lo han apoyado mucho, como Franco', dice Zenith.
Franco Hernández es guitarrista. Él hace parte de Germán Ramos y la Banda Internacional, pero más que eso, se consideran hermanos. Es quien lleva la agenda de Germán, coordina ensayos y hasta el vestuario. Si quiere salir, lo debe hacer con algún familiar o con él, que vive a pocas cuadras.
A esa 'discapacidad' de la que habla Zenith, Franco prefiere llamarla 'capacidad diferente'. No afecta la forma de cantar, aunque sí es un poco más lento su caminar, tampoco merma la pasión con la que escucha la música y el interés con el que va a la biblioteca del barrio La Paz a prestar libros. Para Germán no hay límites, es incansable: ‘el canario’ también participa en el programa ‘Calentando el picó’, que se transmite los sábados en la emisora comunitaria Vokaribe.
'Tengo convulsiones desde los 20 años', es lo primero que cuenta cuando habla de su salud. Agrega que a los ocho meses le dio polio. Se le paralizaron las piernas y la mano izquierda, algo que con el apoyo de su familia, terapias y tratamiento farmacológico ya quedó en el pasado. Ya es un caminante, como su primer disco.