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A sus 63 años, al arquitecto y profesor de fotografía Marceliano Pión Jirado aún se le iluminan los ojos como un adolescente cuando abre y muestra orgulloso su colección de álbumes Panini. Una pasión que comenzó a la edad de 19 años con el Mundial de Alemania 74, y que ha mantenido intacta hasta ahora. En estos momentos, a 17 días del Mundial de Rusia, Pión es uno de los miles de entusiastas por el certamen futbolero más importante del planeta, que también palpita en Barranquilla por la fiebre del Panini. Esta colección comenzó en 1970 con el Mundial de México, y desde entonces se ha convertido en un referente orbital.

Es que la emoción de abrir cada sobre y sorprenderse con las imágenes o ‘caramelos’ de los jugadores, escudos de las selecciones y hologramas; traslada a muchos adultos a su infancia, y a las nuevas generaciones las pone a vivir una nueva experiencia ligada con este maravilloso deporte.

Llenar con 670 ‘caramelos’ las 72 páginas que trae el Panini 2018 es un reto que muchos cumplen intercambiándolas con sus vecinos, compañeros de trabajo o de estudio. Pero el parque Suri Salcedo se ha convertido en las últimas semanas en un ‘centro de operaciones Panini’, donde 15 vendedores comercializan las imágenes de casi todos los jugadores. 'Desde inicios de abril la gente se metió en el cuento Panini, en un día bueno uno se hace hasta $300.000.

Los caramelos los vendemos a $500, y los más difíciles (escudos y leyendas) entre $5.000 a $10.000. En comparación al Mundial pasado esta vez la fiebre aumentó', dice el vendedor Marlon Mora Fernández, de 37 años, quien desde el Mundial de Estados Unidos 94 vende y colecciona las cartillas.

'También las vendemos listas para llenar a $500.000, para los que no les gusta andar intercambiando laminitas, aquí hay de todo, hasta cartillas de mundiales pasados', agregó Mora. Este año las ‘mantequillas’ (caramelos difíciles) son Falcao García, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Los venden hasta en $2.000. 'Uno se los facilita a los que compran bastante. También cambiamos uno de ellos por tres caramelos que nos entregue el cliente', explica Mora, quien se sitúa en la calle 70 con carrera 46.