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Dago García creció viendo las películas de lucha mexicana y ‘plancha’ que proyectaban en la doble rotativa de Copelia, un pequeño teatro de barrio en Bogotá al que solía ir con sus hermanos. De ahí, cree el productor y director de cine colombiano, nació su gusto por el contenido que bien ha sabido explotar, el mismo que le ha llevado a romper los records de la taquilla en Colombia. Al menos seis de sus largometrajes han superado el millón de espectadores.

García tiene su nicho claro. Por eso ignora a la crítica aplastante que demuele su trabajo y se enfoca en lo que le ha funcionado: apelar a las emociones primarias, por ejemplo. Hablamos con este creador, un hombre que no cree en pócimas mágicas para fabricar películas taquilleras. Piensa, más bien, que 'es una cuestión de azar'.