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'Una foto con Rentería, una foto con Rentería', repite Daniela al hombre que la espera antes de entrar al nuevo estadio de béisbol en el barrio Montecristo.

Como ella cientos de personas se toman por estos días la respectiva foto o selfie con esa nueva postal de Barranquilla.

Las manos que la forjaron son las de la reconocida artista Elsa Marina Losada Manotas, o Elmar, como se le conoce en el ‘planeta artístico’ del Caribe colombiano.

Hoy muchos se maravillan con la obra, así lo dejan ver con sus comentarios en redes sociales, sin excepción. Lo que casi nadie sabe es que la escultura en un principio planteaba a un Édgar Rentería fildeando y no bateando, por ejemplo, así como otros detalles que son claves en su simbología.

'La Escultura de Édgar es el resultado de un trabajo arduo de más de un año en el que siempre tuve su acompañamiento (...) Édgar es un ser excepcional de una gran nobleza y humildad', expresa ‘Elmar’.

Añade que elaboró la obra en fundición en bronce 'con la técnica de la cera perdida', y el acabado del bronce fue realizado 'con una pátina en caliente de color marrón'. 'Sus medidas son 4.40 metros de altura en una base de un diámetro de 5 metros'.

‘Elmar’, 'una cartagenera nacida en Barranquilla' describe que la obra inmortaliza el momento en el que Rentería la saca del campo de juego con un vuela cercas en el partido que le dio en 2010 la Serie Mundial a los Gigantes de San Francisco contra los Texas Rangers. ‘El niño de Barranquilla’ batea sobre una ficha de dominó, el uno y seis, que a su vez también esta impreso en la camiseta que porta.

'La ficha de dominó, que también es de bronce, está sobre un diamante o campo de béisbol, realizado en la técnica de mosaico en cerámica que se levanta del suelo y que simboliza la cúspide de su carrera, sus triunfos, la gloria del deporte Colombiano. En la base de la escultura, seis luces led cálidas, como una estrella que iluminan los diferentes perfiles de la obra, simbolizan el brillo de esta estrella del deporte mundial'.

Influencias

 Elsa Marina está inspirada, casi que en su totalidad, en la obra de Henri Matisse, así como en la escuela renacentista y florentina de Leonardo da Vinci. Sus obras han aterrizado en Bogotá, Cartagena, Mompox y Miami.

En diciembre —anuncia— una exposición suya reabrirá el Palacio de la Proclamación en la capital de Bolívar.