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Experta en accesorios desde su época como reportera y editora en la revista Mademoiselle, Kate Spade era sobre todo conocida por sus carteras elegantes y urbanas. Precisamente en su recorrido periodístico, aprendió a olfatear, en los grandes desfiles y ferias de moda, lo que le hacía falta al mercado en la última recta del siglo XX.

Tampoco dudaba en afirmar que lo clásico a veces le parecía aburrido, y, por el contrario, los colores atrevidos, las formas diversas y los estampados era lo que soñaba crear. Para ella esos accesorios, los favoritos de las mujeres, tenían que ser 'más personales y menos serios', como en su momento se lo dijo al diario The Boston Glove, en 1999.

Y sí que lo logró. Como lo manifestó en un comunicado la jefa de redacción de Vogue, Anna Wintour, Spade 'tenía un don envidiable para comprender exactamente lo que las mujeres del mundo querían vestir'. Agregó Wintour que la diseñadora y periodista nacida en Kansas City 'lanzó su marca en un momento en el que todos pensaban que la definición de una cartera era estrictamente europea, un símbolo de estatus y riqueza impuesto hace décadas'.

'Luego llegó esta joven estadounidense que cambió todo. Hubo un momento en que no podías caminar una cuadra en Nueva York sin ver una de sus carteras, que eran como ella, coloridas y sin pretenciones', añadió Wintour.