Christian, de 10 años, tiene 20 pares de zapatillas deportivas de lujo en los armarios de su cuarto en los suburbios de Nueva York. Maxance, que acaba de cumplir 14 años, pidió sin éxito a sus padres un par de Adidas de 800 dólares para su cumpleaños.
'Estamos en un mundo en el cual los tenis son casi obras de arte', dice este adolescente neoyorquino.
Estamos también en un mundo en el cual las zapatillas deportivas fruto de colaboraciones entre marcas deportivas, marcas de lujo, raperos y atletas súper conocidos, muchas veces ediciones limitadas a unos miles de pares, se han convertido en un elemento esencial del guardarropas masculino, tanto para adolescentes como para cuarentones.
Las zapatillas pueden venderse a varias decenas de miles de dólares, como un modelo rarísimo Air Jordan 11 Retro 'Jeter', que se negociaba estas últimas semanas en torno a los 50.000 dólares.
Se compran de segunda o tercera mano, esencialmente por internet pero también en tiendas muy elegantes por ejemplo en Nueva York, una de las capitales mundiales de esta floreciente cultura de las zapatillas.
La compra y reventa de los tenis no es un fenómeno nuevo, sin embargo. Comenzó en los años 1990, con los primeros Air Jordan fabricados para Nike por la leyenda del básquetbol Michael Jordan, que se convirtieron rápidamente en objetos de colección, y se amplificó en internet en la década del 2000 con la llegada del sitio de subastas en línea eBay.
¿Una fracción del mercado?
Impulsado por las celebridades y los 'influencers' en las redes sociales y la omnipresencia de la cultura del rap, el mercado se amplió al mundo entero y prospera en Estados Unidos, en Europa y en Asia.
Desde 2016, incluso posee su propia bolsa vía el sitio 'StockX'.
Nadie conoce exactamente su tamaño, explica Matt Powell, analista del mercado deportivo para el bufete estadounidense NPD, aunque atraviesa 'un buen crecimiento'.
Aunque se estructura en torno a algunos grandes profesionales, es alimentado por una multitud de pequeños revendedores para quienes esta actividad constituye un complemento de ingresos difícil de evaluar.
'Algunos lo estiman en cerca de 1.000 millones de dólares, lo cual es una fracción del mercado de las zapatillas deportivas', que alcanzó los 38.000 millones en Estados Unidos y cerca de 100.000 millones en el mundo en 2017, subraya Powell.
Pero John McPheters, presidente y cofundador del sitio Stadium Goods, que abrió a fines de 2015 en SoHo y es una de las tiendas de zapatillas de Nueva York que está más de moda, considera que estas estimaciones son muy inferiores a la realidad.
En total, Stadium Goods vendió zapatillas por más de 100 millones de dólares en 2017, dijo McPheters. Y las ventas están en alza de '100 a 200%' este año, en un mercado 'saneado' sobre todo por los 'certificados de autenticidad' que garantizan que los modelos no son falsificados, afirmó.
'Hoy solo arañamos la superficie de un mercado que será bastante más importante en los años venideros', predijo este empresario de 38 años.
Los proyectos de Stadium Goods son testimonio del crecimiento y de una mundialización del mercado.
A por las mujeres
Aunque las ventas por internet representan aún un 90% de la facturación, la empresa proyecta abrir en los próximos meses varias otras tiendas, en Estados Unidos y en el extranjero.
China 'es actualmente nuestro segundo mercado', dice McPheters. Y gracias a una colaboración con el sitio de lujo en línea FarFetch, espera penetrar pronto en el mercado ruso.
Matt Troisi, de 29 años, que frecuenta asiduamente Stadium Goods y es un comprador-revendedor experimentado con unos 300 pares de tenis, está convencido de que el mercado es enorme.
Gana de 25.000 a 35.000 dólares por año negociando zapatillas. O sea la mitad de su sueldo de gerente para el grupo de restauración Tao, donde se codea con celebridades que facilitan su acceso a ediciones limitadas.
'Nosotros, los hombres, no estamos siempre en el top de la moda (...) Podemos tener cero estilo en vestimenta, solo un buen par de zapatillas y está bien, ¡estamos vestidos!', dice riendo, calzado con un par de Nike que conmemoran el alunizaje de 1969, un modelo que hoy se cotiza a unos 1.000 dólares.
Para McPheters, una de las claves del futuro crecimiento está justamente en atraer más mujeres a este mundo.
'Es uno de los problemas del sector', sostiene. 'Las marcas intentan desde hace tiempo atraer a mujeres con cordones rosas y colores 'femeninos', mientras ellas quieren los mismos productos que los hombres'.
'En los próximos meses, trabajaremos sobre maneras innovadoras de presentar nuestros productos, pensando sobre todo en las mujeres', cuenta.