En el funeral de César Morales no predominaban el blanco y negro como es común en los velorios. Los colores vivos y la música resonaban en el recinto en el que las familias visitaban a sus muertos, como si de un Carnaval se tratara. Y es que justamente eso es lo que había: una fiesta. Tal como lo hubiera querido ‘el rey de las marimondas’, 'un man feliz', como recuerda su familia a ‘Paragüita’, el creador de Las Marimondas del Barrio Abajo.
En vida César Morales pedía que su muerte no dejara llanto ni tristeza, quería una despedida con alegría, la misma que tenía hasta el último de sus días.
Cientos de marimondas acompañaron el féretro en la marcha hasta la capilla de Jardines de la Eternidad sede norte,
'¡Qué viva Paragua!', se escuchaba el grito de sus entrañables Marimondas del Barrio Abajo, '¡Qué viva!', respondían al unísono disfraces, cumbiamberos, garabatos y demás miembros de la interminable lista de amigos de este querido barranquillero.
Baile entre inevitables lágrimas por la ausencia de uno de los ‘cancamanes del Carnaval’, homenajeado este año por los 35 calendarios de existencia de la comparsa, se vivieron en las honras fúnebres celebradas a las 3:20 de la tarde de ayer.
Entre los porros y fandangos que tanto le gustaban a ‘Paragüita’, una multitud de personas –entre esas los 950 miembros de Las Marimondas del Barrio Abajo– acompañaron el féretro hasta la capilla.