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Givenchy rindió homenaje a su fallecido fundador y a su musa Audrey Hepburn, en el arranque de la Alta Costura, en el que Demna Gvasalia presentó su colección 'más personal' con Vetements.

La canción Moon river, interpretada por Hepburn en Desayuno con diamantes, acompañó el desfile de Givenchy, casi cuatro meses después del deceso de Hubert de Givenchy, el 10 de marzo, a los 91 años.

Su directora artística, la británica Clare Waight Keller, envolvió a las mujeres en plumas y drapeados, en una colección en la que las capas cobraron protagonismo y la paleta se concentró en el blanco y el negro.

Keller, que el año pasado se convirtió en la primera mujer al frente de la dirección artística de Givenchy, se inspiró así en varias de las prendas icónicas de su fundador.

La exactriz estadounidense Meghan Markle la eligió a ella para diseñar el vestido que lució el 19 de mayo en su casamiento con el príncipe Enrique de Inglaterra.

De seda, el vestido reflejaba fielmente el estilo sencillo y elegante de la duquesa de Sussex, de 36 años.

En un desfile de estética punk y militar, y al margen del programa oficial de la Alta Costura, Gvasalia –también director artístico de Balenciaga – exhibió su colección 'más personal', con claras alusiones a la guerra en Georgia.

En la periferia parisina, el diseñador había instalado un banquete de bodas, con un dress code peculiar: suéters con capuchas, pasamontañas, camisetas con dianas y banderas georgiana.

Los modelos procedentes de Georgia caminaron sobre las mesas blancas del banquete.

Se trata de una manera 'de expresar la ira y la violencia que he sentido durante largos años', dijo el diseñador que huyó en los años 1990 de la guerra en su Abjasia natal y vive actualmente en Suiza.

Entre los lemas exhibidos en las prendas, figuraba 'uno de los peores insultos en ruso', dijo.

Para la marca Sonia Rykiel, la diseñadora Julie de Libran presentó una colección de prendas exclusivas en edición limitada, que repasa los clásicos de esta firma, cuya fundadora falleció en 2016.

En el idílico patio de la Escuela de Bellas Artes de París, las modelos lucieron prendas de negro sedoso y elegante que se combina con un toque azul, ya sean unas plumas en el sombrero o un gran lazo a modo de cinturón.

El holandés Ronald Van Der Kemp presentó una propuesta ecléctica, no exenta de excentricidad, como un abrigo parecido a un albornoz naranja flúo cuyo interior se adivina fucsia. A los largos vestidos negros de alta costura, se suman unos conjuntos más rockeros, con botas altas brillantes y pantalones ajustados.