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Hace casi 90 años las aventuras de Buck Rogers en el siglo XXV (1929), la historia de una especie de hombre nuclear que viaja en el tiempo y en el espacio, inspiraron a un joven novelista bogotano en 1932 a escribir sobre la Barranquilla que imaginaba 200 años más tarde.

Barranquilla 2132 es una de las novelas pioneras en el género de ciencia ficción y la primera de ‘anticipación’ en Colombia, un libro en el que José Antonio Osorio Lizarazo fantasea sobre cómo sería la ciudad que en ese entonces apenas comenzaba a disfrutar del abrazo del río con el Mar desde el canal artificial de Bocas de Ceniza, construido en 1930.

En ese entonces, Osorio vivía en la capital del Atlántico, donde estuvo vinculado a EL HERALDO en sus primeros años. Y Barranquilla, la madre que lo acogió, atravesaba por una época que se consideró dorada: la moderna urbanización de El Prado se levantaba y crecía tal como el norteamericano Karl C. Parrish la había diseñado. La ciudad se llenaba de avenidas amplias, parques, zonas verdes y solares con quintas que mucho después serían igual de elogiadas.

Pero además, el camino de la industria metal mecánica se marcaba en ascenso y el rumbo de Barranquilla se dirigía hacia un modo de producción capitalista. El transporte fluvial le daba vida al río Magdalena y la ciudad se consolidaba como el primer puerto exportador del país, la puerta de Oro de Colombia.

Ese contexto fue el punto de partida de Osorio para la creación de su novela futurista, que aunque fue descatalogada por mucho tiempo, es desempolvada ahora para inspirar el show inaugural de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.

En Barranquilla 2132 el médico barranquillero Juan Francisco Rogers pone a prueba un experimento de criogenia en el que su sangre y órganos son congelados para luego despertarse en el futuro. La larga siesta termina dos siglos después, tras una explosión misteriosa que da lugar al hallazgo de su cuerpo, aún con vida.

Ahora, de la mano de los periodistas J. Gu y M. Ba, este hombre del pasado recorrerá con asombro las calles de una ciudad donde los carros han sido desterrados por las avionetas, se sufre por el azote del terrorismo, los hombres y las mujeres se visten igual, el amor se reduce a firmas y contratos y el arte resulta una forma absurda de perder tiempo.

Pero 'todavía estaba allí el Prado', 'y allí San Nicolás', 'solo el río permanece igual'. La Barranquilla visionaria de Osorio, que mañana se soñará en el estadio Metropolitano, será una ciudad tan moderna, sofisticada y arraigada a su memoria como hoy intenta ser. Será tan perfecta, según el argumento del espectáculo, que ahora ese será el gran problema. La ciudad de 2132 que se recreará mañana se enfrentará a una epidemia que pone en riesgo a la humanidad: el tedio. 

Inspiración de los juegos

‘Barranquilla 2132’ es la gran inspiración del ‘show’ inaugural de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Desde el estadio Metropolitano la ciudad contará su propia visión, en medio de un mundo amenazado por el aburrimiento. Entonces será La Arenosa que, tras un viaje en el tiempo, deberá salvar a la humanidad.