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 Por: Michelle Romero

A las cuatro de la mañana se encuentra en pie Fernando Borbua, voluntario de la Cruz Roja Seccional Bolívar, que se encuentra en Barranquilla exclusivamente para prestar su servicio en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. 

Fernando lleva 27 años adelantando en Colombia la misión que inició Henry Dunant en Ginebra. 

Como él son cerca de 145 voluntarios que regidos bajo los principios de 'humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad' día a día se convierten en los protectores de todos los asistentes a las justas deportivas.

Jornadas agotadoras, noches de largo y el clima exigente de la ciudad es la característica por estos días de los voluntarios que engalanan con su overol azul cada uno de los encuentros de los Centroamericanos.

'Lo más difícil son las jornadas extensivas. La rutina empieza a las 4:30 de la mañana y termina tipo 1 o 2 a.m.', afirma Borbua.

Para iniciar el día deben llegar a la sede principal de la Cruz Roja en Barranquilla (carrera 43 con calle 65) y buscar la asignación del servicio. 

'Allí valoramos que servicios están para ejecución inmediata y se organizan las disposiciones de cada grupo que normalmente está conformado por cuatro brigadas compuestas cada una por cuatro voluntarios', explica Ricardo Vanegas, voluntario de la Seccional Atlántico. 

Para ellos el agotamiento no es excusa. Desde el 16 de julio los voluntarios del Atlántico en compañía de 18 de Bolívar y 16 del Magdalena iniciaron la misión de ser pieza fundamental del evento deportivo más importante que ha tenido La Arenosa en su historia.