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Thomas Alahammang es otra víctima del riesgo que tienen los turistas al venir a Barranquilla, que no es otro que quedarse en ella. Se ha enamorado de los sabores del Caribe colombiano y por eso, este hombre de cabello blanco y ojos claros, originario de Atlanta (Georgia), caminaba ayer, con su camisa de lino y gorra, como uno más por la Calle del Sabor, un largo sendero de delicias gastronómicas que se extendió sobre el Gran Malecón al Río. 

'Me siento como en casa', contó Alahammang, haciendo referencia a Miami, ciudad en la que ha vivido los últimos 15 años. Lo dijo en medio de esa fusión cultural y gastronómica, de una inmensa hilera de diversos sabores, que además pudo degustar a la orilla del Río Magdalena, bajo el inclemente sol y la intempestiva brisa barranquillera.

En la Calle del Sabor, los asistentes debían escoger entre más de 20 estantes de comida de todo tipo, lo que apenas significaba un abrebocas de la reconocida feria gastronómica Sabor Barranquilla, que se llevará a cabo del 23 al 26 de agosto.

El recorrido comenzaba con las frutas y verduras cultivadas en el Atlántico, que hacían parte de un Mercado Campesino de productos cultivados en el Atlántico. Más adelante, las propuestas de unos 15 microempresarios apoyados por la Gobernación, que despertaban el apetito de los visitantes con sus pastas, pasteles de Pital de Megua, hayacas, jugos naturales, obleas y comida vegana.