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'A pellizcos se mata un burro', dicen los cuenteros para advertir sobre el poder de las historias. Ese efecto, que puede parecer pequeño, pero que termina atravesando las ideas de quienes las escuchan, se intensificará entre cuento y cuento, entre risa y risa, en ‘El Caribe Cuenta’.

El Festival Internacional de Cuenteros regresa este año a Barranquilla cargado de la magia que suele acompañar a las palabras de los grandes narradores. Pero aquí el Caribe no solo será contado a través de los relatos que nacieron en esta tierra, sino que se alimentará de la tradición de cuenteros de toda Colombia y de distintos países de Iberoamérica, como suele hacerlo esta iniciativa que ya cumple 21 años de llevarse a cabo.

¿Qué traen en su mochila? Pep Bruno es un narrador oral escénico español desde hace 23 años. Ha contado en España, México, Perú, Chile, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Bolivia, Argentina, Marruecos, Guinea Ecuatorial, Túnez, Portugal, Grecia, Bélgica y Suiza, y llega por primera vez a Barranquilla. Lo hará repleto de historias que han sobrevivido al paso de los siglos, pues para este filólogo 'los romances, los castillos y las princesas son el estado ideal de la Edad Media'.

Eso, sin embargo, no quiere decir que Bruno guarde ni recree cuentos de aquella época, pues éstos están adaptados a la modernidad. Lo que le interesa es cómo esas grandes epopeyas medievales revelan los rostros de seres humanos reconocibles, con los mismos afanes e inquietudes que las personas de ahora: 'ambiciosos de riquezas, con mucho miedo a la muerte y sedientos de amor'.

'Me inquietan las historias que nos revelan que los humanos no hemos cambiado tanto. Toda esa literatura que nos ha ido haciendo, nos refleja, nos cuenta', expresa Bravo.

'No somos distintos'

Otra de las cuenteras de carácter internacional es Ana Coralia Fernández, periodista y escritora costarricense de libros para jóvenes, quien se ha especializado en narrar para públicos infantiles.

Por eso juega a abrir una valija llena de cuentos, canciones y juegos al estilo ‘tico’, 'porque todo termina en tico: chiquitico, bonitico', dice la narradora.

'Traigo leyendas de Costa Rica, historias para poner los pelos de punta. Soy una cuentera viajera', expresa Fernández.

Justamente esas travesías, especialmente por los festivales internacionales, la han llevado a creer que los habitantes de los distintos Caribes 'no somos distintos'.

'El Caribe está conectado por un hilo tan fuerte que cuando vengo me siento como en Costa Rica, en la provincia Limón. Nos une la tradición oral, la música y el poder ver con ojos nuevos historias viejas', considera Fernández, amante de los finales insospechables y de las sonrisas en los finales.

'Sin dogmas'

Es así como se cuenta el Caribe, según la actriz, docente y narradora argentina Gricelda Rinaldi, apasionada por los relatos que transitan desde la musicalidad de las palabras hasta las historias que nacen de ellas. Historias y poesías, pero 'sin dogmas'.

'No me interesa es dogmatizar, no narro cuentos subsidiarios de los valores o que sirvan para cuestiones didácticas, con ese lugar no estoy de acuerdo. A mi público le cuento relatos sobre lo esencial: el amor, la muerte, la amistad.

Hay que buscar historias atravesadas por lo poético, tanto para los adultos como para los niños', considera la argentina.

Por eso evoca en sus cuentos a Sherezade y, en muchos de ellos, comienza a partir de 'cuando yo era niña'.

El festival

‘El Caribe Cuenta’ se llevará a cabo en Barranquilla y distintos municipios del Atlántico del 26 de agosto al 2 de septiembre, un evento que contará con la participación de seis narradores internacionales y tres de Colombia para ofrecer al público una fiesta de las palabras. La iniciativa es un proyecto de la Fundación Luneta 50.