Este fin de semana el folclor colombiano se vistió de gala, y no era para menos, dos grandes representantes de la música colombiana fueron homenajeados por sus contribuciones culturales en Barranquilla y Soledad.
El compositor Rafael Campo Miranda y el Juglar vallenato Adolfo Pacheco Anillo fueron homenajeados en eventos que se llevaron a cabo este fin de semana en el Atlántico.
Aldolfo Pacheco
En medio del XVII Festival Distrital de Música de Acordeón en Barranquilla fue homenajeado el pasado sábado el juglar Sanjacintero Adolfo Pacheco.
Con 60 años de carrera artística el autor de El viejo Miguel se siente orgulloso de haber recibido en vida ese tributo.
'Lo recibo con mucho amor y gratitud. Bastante emocionado, porque estos reconocimientos antes no se les hacía a los músicos populares, sino a los artistas distinguidos, a los literatos, a los políticos. Ahora están haciéndole este reconocimiento al folclor y la gente responde con su apoyo este tipo de eventos que exaltan nuestra labor. Eso me llena de regocijo', expresó.
A las 7:30 de la noche los asistentes a el Hotel el Prado se dejaron contagiar por el orgullo caribeño y el sabor del acordeón.
Los compositores Gustavo Gutiérrez, Daniel Celedón, Marcos Díaz, Marciano Martínez, Roberto Calderón, Rafael Manjarrez, Sergio Moya, Camilo Namen, Leo Durán, entre otros, engalanaron el evento antes del merecido reconocimiento al juglar que se subió a la tarima a las 8:00 de la noche para cantarle una vez más a su ‘Compadre Ramón’ con La hamaca grande, el tema que lo inmortalizó en el corazón de los colombianos.
Con la Orden de Barlovento en el grado de Gran Caballero, la máxima distinción al mérito cultural que entrega la Asamblea Departamental fue condecorado el Maestro de la juglaría vallenata.
En una celebración que se extendió hasta las 3:00 de la mañana, los compositores y músicos que lo acompañaron tocaron y gozaron bajo el lema 'La historia del vallenato contada por sus autores'.
Aunque no es la primera vez que el autor del No es negra, es morena recibe un homenaje, para él recibir una exaltación de Barranquilla era casi un sueño.
'Yo me siento como Barranquillero. Aunque me dio nostalgia irme de mi amado San Jacinto, esta ciudad fue lo mejor que pudo pasarme, si no hubiera salido de mi pueblo no hubiera hecho todo lo que he logrado. La Arenosa ha sido mi otra casa, la ciudad que me recibió con los brazos abiertos y que aún lo sigue haciendo. Siempre estaré agradecido esta tierra', afirmó el homenajeado.