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¿Dónde están mis kilos de sal y mi aceite de oliva?', exclama, mientras camina agitado por un pasillo largo el chef español Daniel Meroño. Faltan pocos minutos para comenzar su presentación y varios sartenes vacíos lo esperan en la sala Los Chimilas. Ayudantes lo guían rápidamente hasta la bodega de insumos de Sabor Barranquilla, un cuarto refrigerado donde los chefs invitados pueden servirse lo que gusten para la preparación de sus platos. Meroño escoge con meticulosidad los productos para llenar su canasta: ají dulce, ajo, lechuga rúgula y un enorme pez limón.

'¡Listo el pollo!', confirma Meroño y sale de la bodega, perdiéndose entre la gente del equipo de logística.

Cada cinco o diez minutos ocurre algo similar entre los bastidores de la feria gastronómica más importante de la Región Caribe. Platos que van y vienen, asistentes que corren para cumplir las exigencias de los chefs y cocineros creativos que durante sus talleres con el público se antojan, de repente, de algo en especial. 'Quiero jugo de mandarina', por ejemplo. Y entonces alguien debe emprender la misión maratónica de, en el menor tiempo posible, tener la petición lista.

EL HERALDO interrumpió la intimidad de la cocina principal de Sabor Barranquilla, de los escenarios donde no accede el público, y se metió debajo de su ‘mesa’ para conocer qué hay detrás de un evento que reúne 142 expositores, más de 40 chefs internacionales, nacionales y locales, y 8.640 metros cuadrados de exhibición en el Centro de Eventos Puerta de Oro.

Comenzamos por la bodega, un lugar para preguntar por lo que no vea. Está abastecida por una variedad incalculable de alimentos. Desde casabe, lenteja rosada, caviar y langostas vivas, hasta flores comestibles y cilantro cimarrón, que resulta algo complicado de conseguir, pues se encuentra principalmente en la Sierra Nevada de Santa Marta. El escenario, mágico para cualquier amante de la cocina, fue suministrado de acuerdo con las recetas y peticiones previas de cada chef tallerista. Y en otro salón, los ayudantes hacen la ‘magia’.

'Nosotros atendemos todas las solicitudes de los chefs, por quienes sentimos admiración, respeto y los apoyamos como símbolo de pleitesía, lo que ellos necesiten para hacer posible y amena su participación en este evento', dice Víctor López, coordinador de cocina de Sabor Barranquilla. Es decir, recepcionista de 'chicharrones', como dice en broma.