Como si de una tragicomedia se tratara, así es la situación del teatro en Barranquilla, rodeado de una constante polémica y dudas entre los que se dedican a esta forma de representación artística.
Hay quienes se atreven a afirmar que en la ciudad no hay público para las artes escénicas, otros por el contrario creen que sobra público y restan escenarios y están otros más escépticos que creen que la capital del Atlántico tiene una carencia en ambas.
Lo cierto es que en los últimos tiempos, a pesar de la catástrofe cultural por la que atraviesa nuestra ciudad con el cierre de los distintos establecimientos en que se propaga esta forma de expresión cultural, hay un crecimiento constante del auge del arte. Las nuevas generaciones se ven inclinadas a este tipo de profesiones que hoy se encuentran en las principales universidades de nuestra región.
Para Darío Moreu, director barranquillero, es determinante para la consolidación del arte en la ciudad que existan programas en los que se forme de manera profesional a los jóvenes interesados.
'Algo que ha contribuido a esa expansión del teatro en el Caribe es el programa de Artes Dramáticas que ofrece la Universidad del Atlántico. Un programa que el 2019 cumple sus 20 años y ya empieza a recoger los frutos de jóvenes que duraron cinco años en un proceso de formación y hoy dicen: Barranquilla necesita arte'.
Anteriormente, el teatro, la música, el cine, la danza, la pintura y demás expresiones artísticas no eran considerados por muchos como una profesión, sin embargo, hoy el mundo ha dado un giro y en una ciudad como Barranquilla se empieza a respirar teatro.
Son esas mismas ganas de hacer arte de las nuevas generaciones las que dejan entrever el vacío cultural que existe en la ciudad, la falta de apoyo y plataformas a la hora de realizar este tipo de muestras.
'Hay que hacer pedagogía para crear cultura dentro de la ciudad. A diferencia de otros lugares de Colombia, en Barranquilla no se apoya el arte. El teatro no es hobbie de los barranquilleros, uno básicamente trabaja para ser visto solo por otros actores, amigos y familias que son en definitiva el público que uno tiene, y creo que en esa situación influyen también las pocas alternativas de espacios que hayan para presentarse', expresó Angélica Sánchez, integrante del grupo de Arte Dramático de la Facultad de Bellas Artes.