En una conferencia de prensa que realizó el papa Francisco durante un vuelo entre Irlanda y Roma, una mención del jerarca suscitó gran polémica. El sumo pontífice venía del IX Encuentro Mundial de Familias en Dublín donde se reunió con ocho víctimas de abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia Católica.
Al ser indagado sobre qué pensaba, o qué quisiera decirle a un padre, al que su hijo le confiesa que es homosexual y quiere vivir con su pareja, el papa respondió: 'No condenar, dialogar, entender, dar espacio al hijo o a la hija para que se exprese. Después, ¿en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo? Es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño, cuando hay tantas cosas que se pueden hacer desde la psiquiatría para ver cómo son las cosas', declaró el obispo de Roma ante diversos medios europeos. En la transcripción del Vaticano que está en su página oficial fue eliminada la palabra 'psiquiatría'.
Por esa omisión, la subdirectora de la Sala de Prensa de la curia romana, Paloma García Ovejero, dijo a la agencia AFP que la palabra fue retirada 'para no alterar el pensamiento del papa'.
Pese a la aclaración de la Santa Sede, las críticas contra Francisco no se hicieron esperar en las redes sociales. Defensores de derechos humanos rechazaron la recomendación del vicario.
Para la ciencia médica
Según especialistas en Medicina, desde el año 1973 la homosexualidad dejó de considerarse una enfermedad mental y la Asociación Americana de Psiquiatría decidió borrarla del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Años después, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó el dictamen de sus colegas y eliminó esta condición de los listados de enfermedades.
Para Pilar Arroyave, psiquiatra, subespecialista en Psiquiatría Infantil y Adolescente, en la orientación sexual no existe una patología, por esto no se puede hablar de tratamientos psiquiátricos. 'Ofrecerlos no es científico, ni adecuado'.
'Hay unas conductas marcadoras de género que son estrategias conductuales o roles, pero ninguna es esclarecedora porque la orientación sexual no va ligada a un comportamiento o conducta. No se define por situaciones claras, como vestir a las niñas de rosado, a los niños de azul, o evitar que las niñas jueguen con carros y los niños con muñecas', explicó.
Edith Aristizábal, doctora en Psicología con énfasis en Neurociencias y docente de la Universidad del Norte, manifestó que los niños son asexuados en la primera infancia —de cero a cinco años—, mientras que en la segunda parte de esta etapa —de seis a diez años— ya identifican y establecen diferencias de género.
'La orientación sexual diversa en los niños se manifiesta en los juegos, en sus posturas, en el uso de prendas o accesorios característicos de un género diferente del suyo, en las preguntas o inquietudes sobre cosas características de un género. Lo principal es hablar con el niño para saber cuáles son sus inquietudes. Más adelante determinar si se trata de curiosidad o si hay un interés más persistente en una orientación diversa, para que luego reciba la guía de un profesional en psicología que lo acompañe en ese proceso de definición de la orientación sexual', agregó.
Papás ante la orientación sexual diversa
'Los padres no sabemos cómo reaccionar, es como volver a aprender', dice Claudia Martelo, autora del libro Madres del Triángulo Rosa, una obra en la que retrata gran parte de su historia personal al hacerle frente a la sexualidad de su hijo.
'Los niños y jóvenes muchas veces se sienten parte de un mundo que no está diseñado para ellos. Los padres deben acompañarlos en ese proceso y enfrentar las cosas juntos, siempre desde el amor', enunció.
Para esta madre y docente, una de las más grandes dificultades que atraviesan los padres en esa situación es vencer el miedo al entorno.
'Estamos educados desde la heterosexualidad y el esfuerzo que deben hacer los padres es grandísimo. Tenemos el miedo al qué dirán, temor a que el niño sufra, a que tenga malas amistades, a no ser buenos padres, por eso mientras más temprano se les hable de las diferencias mejor, no solo si tiene orientación sexual diversa, también para que acepte la diversidad de los demás, así se educa desde el respeto. Esta es una realidad y es un trabajo que debe darse desde la casa, escuela y sociedad'.
Martelo hizo énfasis en que el diálogo debe ser el mayor aliado de las familias cuando ocurran estos casos al interior del hogar, además recomienda la ayuda de profesionales para acompañar el proceso.
'Los acompañamientos pueden ser del pediatra, de una fundación, de un psicólogo con el que se pueda dialogar acerca de la situación familiar. Hablamos del psiquiatra cuando hay conductas suicidas. En ocasiones, es la familia la que necesita ayuda profesional para asimilar la situación. Sugiero conversar en el marco de valores como el respeto, coherencia y la honestidad. Si el niño se siente en un ambiente tranquilo cuando esté descubriéndose podrá comunicárselo a la familia en calma, sin que se genere un conflicto. Los padres deben transmitirles confianza, educando desde el amor, sin juzgarlos, guiándolos siempre'.
Conflicto
Aristizábal afirma que puede haber un conflicto para los padres o el entorno de acuerdo con sus creencias religiosas o su concepto frente a las orientaciones sexuales diversas.
Para ella, los conflictos en el menor pueden manifestarse cuando el medio en el que vive lo rechaza por su condición.
'Un entorno que rechace o niegue la posibilidad de una orientación diversa puede generarle conflictos al menor haciéndolo sentir anormal, desviado, culpable o degenerado. Si ese mismo medio permite expresiones diversas le generará menos conflictos al niño', sostuvo.
Arroyave por su parte subrayó que no hay un conflicto que surja de una orientación sexual determinada.
'El conflicto está ligado a la sociedad por ser intolerante a la situaciones diversas. No hay problemas en el niño cuando es el entorno el que no entiende que hay elecciones sexuales que no se dan dentro de lo aparentemente normal que es ser heterosexual'.