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Los periodistas Ernesto McCausland Sojo y Jorge Cura Amar se conocieron en la década de los 80, en un negocio que se llamaba Crema King. Desde ese primer encuentro ambos empezaron a cultivar una amistad que superó el periodismo e incluso la muerte.

'Yo me pagué mis estudios siendo mesero en ese negocio de hamburguesas, el más famoso que había en Barranquilla. Quedaba en la carrera 52 entre calles 75 y 76. Allí yo trabajaba todos los días de 3 de la tarde a 12 de la noche. Ernesto llegaba a comer hamburguesas y yo lo atendía. Yo estaba estudiando periodismo, él nunca lo estudió, lo llevaba en la sangre, entonces como él ya hacía cositas yo lo identificaba (…) ahí conversábamos, ahí fue donde nos conocimos, te estoy hablando del año 82 al 84 más o menos', recuerda Cura en la sala de su apartamento con Baltazar (su perro) a su lado.

La relación se fue afianzando con el periodismo como base. Primero fue el programa de radio Reporteros de la mañana, que se emitía por Emisora Atlántico a las 7:30 de la mañana. Luego vino el noticiero Teleheraldo, que se transmitía por Telecaribe. Ahí ambos presentaban las noticias junto a María Elvira de Vergara, bajo la dirección de Juan B. Fernández Renowitzky, director de EL HERALDO.

'Esa fue una experiencia muy bonita, porque después de que terminamos, mientras estábamos en Teleheraldo Ernesto se inventó Mundo Costeño y yo me inventé Sucesos. En Mundo Costeño empezamos a hacer notas juntos, de hecho nos ganamos un premio Simón Bolívar, que fue uno de los primeros que se ganó la Costa, creo que fue en el año 88. Lo hicimos con Fidel Bassa, De la calle a la gloria se llamó. De todo eso nació una gran amistad', refiere Cura.

Y quizás fue esa nostalgia, además de las ganas de 'hacer un reconocimiento a la amistad' lo que lo llevó a escribir su cuarto libro: Las órdenes de McCausland.

El libro, compuesto por nueve crónicas y 32 entrevistas, la mayoría publicadas en EL HERALDO cuando McCausland ejercía como Editor General del diario, es el cuarto que escribe Cura Amar.

'Cuando me contactó para escribir yo le puse una sola condición —el entrevistado lo pones tú, yo solamente voy a obedecerte—. Con base en ese criterio se trabajó, ahí están plasmadas todas sus órdenes, por ejemplo una entrevista a Alejandro Char cuando terminó su primer periodo como alcalde de Barranquilla, otra a José Name Terán, Roberto Gerlein y muchos otros políticos', describe el periodista nacido en Chile. 

Algunas de las crónicas que también aparecen en Las órdenes de McCausland están inspiradas en su visita a países como Haití, después del terremoto del año 2010.

'Yo he dicho que este libro es un reconocimiento a la amistad. Lo he sintetizado con esa frase porque me parece que a Ernesto no lo debemos dejar olvidar, de por sí creo que es inolvidable. Tú te metes a YouTube y ahí está Ernesto, te metes a las páginas de EL HERALDO y también lo encuentras, pero creo que cosas como estas, de alguna forma le recuerdan a la gente que su legado sigue vivo'.