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Paul Romer, galardonado este año con el Nobel de Economía, tiene un especial interés por el urbanismo y los problemas sociales asociados al crecimiento de las ciudades intermedias. Sus investigaciones lo han llevado a poner en práctica un proyecto piloto en dos ciudades de la Región Caribe: Valledupar y Montería. Estas dos capitales han sido las más receptivas a las ideas del economista.

Al lado de Romer ha estado Nicolás Galarza, un relacionista internacional egresado de la Universidad del Rosario que llegó a Nueva York a estudiar su maestría. Allí conoció al hoy Nobel, de quien destaca el compromiso y cariño con Colombia.

El colombiano trabajó varios años en la implementación de políticas de superación de la pobreza en el país. Viajó a Estados Unidos a estudiar en la Universidad de Nueva York y, desde que se graduó, empezó a trabajar como investigador en el Instituto Marron de Gerencia Urbana. 

Allí conoció a Romer y empezó a trabajar en su equipo, el cual buscaba poner en marcha las actividades en países en vía de desarrollo, como Colombia. 

De eso ya han sido cinco años, de los cuales el economista ha viajado en tres oportunidades a Colombia. La primera de ellas en 2014, la segunda en 2015 incluyendo Valledupar y Montería, y la tercera el año pasado. Todo con el fin de implementar un plan piloto en desarrollo urbano en ciudades intermedias.

'Lo que nosotros buscamos es alejarnos del modelo tradicional que busca dar un diseño y un detalle super específico de todo', explica Galarza en diálogo con EL HERALDO. 

Los planes maestros tradicionales establecen dónde van a estar las viviendas, la zona industrial, las escuelas, los hospitales, y muchas veces no opera así. 

'Lo que decimos es que salvo que tenga toda la plata para gestionar los proyectos de toda esta infraestructura, fíjese en lo mínimo, que son los corredores y los espacios públicos. Esto se puede implementar muy fácil porque no requiere ni siquiera construir las vías, simplemente los derechos de vías. Y estos derechos se pueden establecer de dos maneras, una es a través de un Plan de Ordenamiento Territorial, un plan vial, derecho de preferencia para la compra del municipio y varias figuras legales. Por otro lado, es importante que haya marcadores del terreno'. 

Cuando le piden a los municipios que hagan esto, tiene que ver sobre todo con plantar los árboles a lo largo de los corredores. Se trata de un plan muy bien desarrollado para el cual lo único que se necesita es que se haga levantamiento topográfico y que planten los árboles al costado de las vías. Estos serían los marcadores.

'Básicamente estamos arborizando las vías antes de que existan. Son marcadores vivos, con árboles nativos que se adaptan muy bien al entorno. Hacer esto es muy fácil'. 

Proceso

Para llegar a estas dos ciudades de la Región Caribe hubo un análisis previo. Lo primero fue identificar aquellas que tenían rápido crecimiento demográfico en América Latina. Los territorios que contaban con estas eran Brasil y Colombia, 'pero Brasil es un país muchísimo más grande que Colombia y cerca del 25% de las ciudades estaban creciendo rápido, sin embargo en Colombia era casi un tercio'. 

'Esto nos permitió identificar cómo las ciudades que estaban creciendo rápido podían tomar acciones para acomodar ese crecimiento y darle cabida y oportunidad a los nuevos habitantes. Por eso terminamos trabajando en Colombia', dice Galarza.

En un principio seleccionaron diez, después cinco alcaldes les dijeron que sí, pero solo pudieron trabajar con estas dos 'de manera comprometida y con cierto tipo de visión'.