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Unos 2.000 vocablos de la lengua kankuama, casi desaparecida por la penetración cultural a esta comunidad indígena enclavada en la Sierra Nevada de Santa Marta, logró reunir y traducir al español el estudiante Samuel Eduardo Leal Arias, de descendencia nativa.

Se trata de un proyecto que presentó en el semillero de investigación del alma mater, con la pretensión de rescatar y preservar el lenguaje propio de los kankuamos que empezó a desaparecer hace 300 años con el establecimiento de misiones desde las primeras incursiones españolas, fenómeno que se ha agudizado desde el siglo pasado con el fácil acceso a su resguardo, al cual se llega por carretera, rodeado de balnearios que son visitados masivamente por turistas y la instalación de gente de otras regiones, lo que también dio paso al mestizaje y al cambio.

Samuel Leal Arias, de 21 años, hijo de una indígena y estudiante de Arte, Folclor y Cultura, se propuso hacer un diccionario español-kankuamo, basado precisamente en la pérdida de la lengua de sus ancestros. 

Durante dos años desarrolló la investigación que hoy arroja sus frutos, y se alista para presentar su obra en un congreso de investigadores en Puebla, México, en mayo de 2019 con el semillero de investigación de la facultad de Bellas Artes 'Nabinji Ausári', a cargo del docente y tutor José Omar Varela Herrera, donde creció la idea de recoger de manera semántica las palabras de la lengua Kakatukwa, hablada hace un tiempo por la etnia kankuama, para traducirlas y conservar los patrimonios orales.

El diccionario está compuesto por 300 palabras, de las 2.000 que logró reunir el joven, las cuales ya están traducidas para más adelante consolidar una obra más completa. Vocablos como Súzu que significa mochila, Uraka (casa), Dumbúru (poporo), Agui-na (piedra), hacen parte de la primera edición traducida de la lengua original kankuama, proyecto que está avalado por Colciencias.

'La investigación produce satisfacciones enormes y nos aporta elementos para desarrollar nuestro proyecto de grado desde tempranos semestres', precisó Samuel Leal quien además ha sido galardonado por Permanencia y Bienestar Institucional (PEBI) de la universidad, en su ceremonia La Noche de los Mejores, donde dos veces estuvo entre los mejores cinco promedios de su programa. En junio del presente año consiguió ser el mejor estudiante de Licenciatura en Arte, Folclor y Cultura con un promedio de 4.7.

Así mismo ha participado en convocatorias intersemilleros, lo que le permitió estar presente y ser invitado a encuentros de investigación a nivel departamental, nacional e internacional, como el caso de Antofagasta, Chile.

El proyecto

Samuel Leal señaló que el proyecto nació de manera personal en 2015, pero empezó a estructurarlo en el semillero de investigación de la Universidad Popular del Cesar, y en marzo de este año quedó ejecutado.

'La idea es contribuir con ese proceso, ya han rescatado ciertas partes de su cultura como por ejemplo el poporo, entonces qué mejor identidad cultural que la lengua. La kankuama es la única de las cuatro etnias de la Sierra que no la conserva', sostuvo.

Reconoce que fue un proceso difícil porque la lengua se ha extinguido. Dice que el diccionario ya está ejecutado. 'En la universidad entramos con una convocatoria interna de financiación de proyectos de semilleros en el 2016, lo gané, me dieron dos millones de pesos. Eso se destinó para el proyecto, el trabajo de campo, pagarle a un fotógrafo, a quien hizo los dibujos que van en el diccionario, la comida, toda esa parte, pero el proyecto como tal fue desarrollar un diccionario básico con 300 palabras y en realidad reuní cerca de dos mil', contó.

Afectación cultural

De los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, arhuacos, koguis, wiwas y kankuamo, este último con unos 15.000 habitantes, ha sido el más afectado por la incursión de otras culturas.

Ya no visten su indumentaria propia, tampoco conservan su lengua y hay una diversidad de credos. Sus costumbres han cambiado con la invasión de colonos en sus territorios.

Pero a pesar de estos golpes a su identidad, se resisten a perderla. Estos nativos que habitan en la vertiente oriental al pie del macizo, entre los ríos Badillo y Guatapurí, teniendo como capital el corregimiento de Atánquez, han iniciado toda una cruzada para luchar por su conservación y supervivencia cultural. La elaboración de las mochilas es una tradición que se mantiene y busca perpetuarse con las nuevas generaciones.

Las mujeres enseñan a sus hijos y nietos a hilar la lana de oveja de manera artesanal y a tejerla para darle forma a uno de los elementos que más los identifica dentro y fuera de su resguardo. También las fabrican con fique, conservando los colores de la vegetación. 

Tradicionalmente los kankuamos se diferenciaban de los demás grupos serranos por el vestido —dos mantas cruzadas para las mujeres y pantalón corto y sombrero de paja para los hombres—, por el calabazo que usaban para sus poporos y en especial por su lengua de origen Chibcha. Ahora visten jean, camisas, botas y hablan castellano.

Proceso etno-cultural

El proyecto de Samuel Leal Arias se suma al esfuerzo que ha hecho el colegio San Isidro Labrador, de Atánquez, con un proceso etno-cultural, que fundamentado en la investigación busca rescatar y enseñar la lengua kankuama. 'Ya hemos recuperado 500 vocablos que prácticamente estaban perdidos', informó la institución.

En el claustro académico, los estudiantes que asisten a clases, reciben la formación de la educación básica, pero también de asignaturas como lengua kankuama, cosmovisión propia y modelo económico propio, en procura de conservar la auto-protección y auto-determinación.

El proceso inició hace más de cuatro años y se viene trabajando como un modelo etno-educativo que a nivel nacional fue galardonado por el Ministerio de Educación, y dentro de esa estrategia hay algunas asignaturas propias que incluye la lengua kankuama, que es específicamente de investigación.

Otro es el fortalecimiento de la identidad cultural a través del léxico de algunas palabras que todavía manejan con palabras propias, que tienen un significado cultural en cuanto a las artesanías, las comidas y nombres de ciertos objetos como las viviendas y los elementos que utilizan dentro de ellas.