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El cineasta afirmó, entre otras cosas, que ha 'aprendido más del fracaso, el rechazo y la verdadera hostilidad que del éxito'.

Scorsese, de 75 años, trata sobre su difícil debut como joven aprendiz de director, cuenta cómo su mentor, Elia Kazan, no quería leer un manuscrito suyo, o cuando un productor le dijo que no veía en él ni 'una pizca de talento'.

Ante la obra titulada 'Compartir la sabiduría del tiempo' ('Sharing the wisdom of time'), el papa Francisco, de 81 años, reacciona diciendo que 'el que te dice 'tú no vales nada' no puede detenerte'.

'No acepto la afirmación 'todos nacemos con un destino ya escrito'', prosigue, 'nuestra vida no se desarrolla como una película, con escenas predeterminadas, un director lo sabe mucho mejor que cualquiera'.

En el prefacio del libro, el papa se lamenta que 'la voz de los abuelos ha sido silenciada en nuestra sociedad', y aboga por un diálogo entre generaciones.

Dos editoriales, italiana y estadounidense, han publicado entrevistas y retratos fotográficos de personas mayores en treinta países, fuentes de inspiración para las generaciones más jóvenes, llamadas a escucharlos.

Los 'viejos', como por ejemplo un tejedor de canastas ciego de Kenia, una pareja keniana que ha estado casada durante más de 50 años, pero también el propio cineasta estadounidense, reflexionan o cuentan una anécdota sobre la vida, ante las que el papa responde con textos cortos.

En 'Silencio', filmada en 2016, el director estadounidense realizó una película contemplativa, austera y muy personal sobre la fe y la espiritualidad, a través de la historia de dos misioneros jesuitas en Japón en el siglo XVII.

Scorsese había explicado que se sentía 'muy cercano a esta historia', que 'aborda seriamente' el tema de la 'espiritualidad'.

Sobre el final de la jornada, en ocasión del lanzamiento de este libro, el papa respondió oralmente a preguntas de los participantes en el libro, entre ellos el propio Scorsese, quien le preguntó cómo podría sobrevivir la fe de un joven al crecer en un mundo violento y cruel, como fue su caso.

'La crueldad está en todas partes, fría, calculada para arruinar al otro', declaró el papa, lamentando que forme 'parte de nuestra cultura'.

La tortura 'parece algo normal, nadie habla sobre ella', aunque 'la tortura es la destrucción de la dignidad humana', continuó Francisco.

Sin embargo, existe la solución: 'la no violencia, la amistad, la ternura (...) son cosas que pueden transformar los conflictos más difíciles', concluyó el papa.