Se les ha llamado 'millennials', 'generación Y', 'los milénicos' y ahora comparten el escenario con los 'centennials'. Ellos son aquellos jóvenes nacidos desde los años 90 y que han llegado a la adolescencia en un cambio de siglo. Son esa generación que nació y creció con los ojos puestos en las pantallas y con la vida social en línea.
Mucho se ha hablado sobre ellos. Sus gustos, enfoques, formas de ver la vida, nuevas concepciones y apego a la tecnología. Los investigadores de la conducta humana tratan de describir a estos 'hijos de la postmodernidad' analizando algunos de estos patrones. Sin embargo, el verdadero desafío lo tienen los padres.
Si algo caracteriza a los jóvenes de esta generación es que se declaran totalmente independientes, aunque vivan con sus padres; son rebeldes, no aceptan ningún tipo de jerarquía y se consideran dueños absolutos de su futuro. ¿Cómo hacerle entender a un 'millennials' o 'centennials' que existen normas que se deben cumplir? ¿Cuál es la forma adecuada para reprender a estos jóvenes?
Para la psicóloga Alba Ibáñez, especialista en desarrollo cognitivo y educación, el diálogo es la base de toda relación, incluyendo la que se mantiene con los hijos. 'Dentro de cualquier relación lo que debe primar es un diálogo que permita encontrar una solución a los problemas. Generalmente los conflictos con los hijos derivan de una falta de atención o cuando en la casa se ha sido demasiado permisivo. Creo que lo primero es sentarse y dialogar para ver de qué manera se puede resolver la situación'.
Ibáñez agrega que 'hay muchas formas de castigar y el maltrato físico es algo que no funciona, de hecho, se debe erradicar de la sociedad. El maltrato solo logra que el joven se vuelva más rebelde, o como se dice coloquialmente: ‘rebelde sin causa’. La negociación es la mejor manera de reprender a los jóvenes. Sentarse a reflexionar sobre sus acciones', explicarles porqué no deben incurrir en un mal comportamiento. 'Quitarles objetos que sean preciados para ellos, por ejemplo, es una de las formas más efectivas. Hay reforzadores negativos y positivos'.
Dentro de los reforzadores negativos se encuentran los golpes y gritos, una conducta social que no logra 'su cometido': hacer comprender a niños y jóvenes las consecuencias de sus actos. Por el contrario, entre más violencia experimenten, más probabilidades tienen de convertirse en adultos violentos.
'Es terrible que hoy en día el maltrato y la represión sigan siendo parte de la formación personal de niños y jóvenes. No se puede reprender a un hijo vulnerando sus derechos y pasando la raya del respeto', afirma la psicóloga María Eugenia Reátiga, autora del libro Ser Adolescente hoy en Colombia.
La profesional considera que 'hoy en día los jóvenes se encuentran expuestos al escarnio público. Un clic puede cambiarle la vida a los chicos. Por eso, la única opción es crear lazos de confianza y jamás someterlos a la humillación'.
'Si tu hijo sale de casa sin pedir permiso, debes preguntarte a ti mismo por qué ese niño le dijo mentiras'.
La era digital ha traído consigo diversos cambios en la forma de criar, entender y castigar a los hijos. 'Los padres deben comprender que es imposible que puedan controlar cada uno de los pasos de sus hijos. Hoy más que nunca se debe ceder en esa necesidad de independencia de las nuevas generaciones. No estoy haciendo apología al libertinaje, ni diciendo que se debe ceder en todo lo que los hijos quieren. Pero sí se debe hablar y entablar puentes que consigan lo que ambas partes buscan', explica Reátiga.
Redes
La psicóloga Alba Ibáñez afirma que las redes sociales son un influenciador potente, porque se vuelven un reproductor de conductas. 'Hoy los jóvenes son muy vulnerables a todo lo que se emite por ese medio, incluso se han visto casos donde se ha llegado' a situaciones extremas. 'Por ello, hay que acompañarlos en ese proceso de crecimiento'.
Para ella esas ansias de libertad que caracterizan a los 'millennialls' es algo por lo que de una u otra forma todos hemos pasado.
'Esa transición de dejar de ser el niño de la casa, tanto padres como jóvenes deben saber enfrentarla. No puedes controlar a tu hijo de la misma forma que lo hacías a los 10 años. Los jóvenes quieren probar, —o que levante la mano el que no haya hecho cosas atrevidas—, uno tiene que mirar más allá y tiene que mostrar las consecuencias de esas cosas atrevidas que se hicieron. Eso hace parte del crecimiento, del aprender a ser. Pero, sobre todo, hay que reprobar esa forma obsoleta de creer que con golpes se deben criar a los hijos'.
De castigo a humillación
Exponer a un adolescente al escarnio público es una de las formas más denigrantes de reprender en esta era digital en la que prima la sobreinformación.
'Ser objeto de burla en redes por un tiempo puede causar un impacto, conducir a trastornos depresivos, de ansiedad y patologías tratables. Pero el lazo de confianza que se rompe entre padres e hijos se convierte en un problema a largo plazo', afirma María Eugenia Reátiga.
'Hay que tener presente que el mundo en el que se mueven los jóvenes es el digital y que se está a un clic de convertirse en la ‘comidilla del momento’, por ello hay que reforzar el diálogo con nuestros hijos, apostarle a la construcción familiar y tratar de solucionar el problema sin causar un daño grande', recomienda Alba Ibáñez.