Con humor la Gorda Fabiola habla de temas serios como el autoestima o la muerte. A ella, a la muerte, se ha enfrentado varias veces, según cuenta.
En su último round, en el que duró 28 días en un coma inducido, 'realmente grave', salió 'vencedora' y dispuesta a seguir dando pelea.
'San Pedro me dijo: devuélvase que no quedan gordas en la televisión colombiana, devuélvase', bromea la mujer nacida en Santa Marta y quien lleva más de 30 años haciendo reír a los televidentes en el programa Sábados Felices.
'Aprovecho para contar que como he estado tan cerca de la muerte, me llamaron para rodar una película que se va a llamar Dura de matar 3', responde, otra vez con un chiste.
Ahora, Fabiola Emilia Posada Pinedo, como aparece en su cédula de ciudadanía, de 55 años, está en una campaña que divulga a través de su cuenta de Instagram y que bautizó Gordamente.
Precisamente, la idea surge después de la crisis médica que vivió a principios de este año.
'Después de que yo salí de la última crisis, días después revisé mi celular y encontré un mensaje directo de una señora en mi Instagram. Me decía que se alegraba porque yo ya estaba recuperada, que me admiraba, pero que ella aprovechaba para escribirme y despedirse de mí. Yo le pregunté por qué se despedía, que para dónde se iba y ella me contestó que su vida no tenía sentido, porque su esposo le decía que estaba gorda, que estaba fea, que no encontraba ropa de su talla, que se sentía horrible y que se iba a suicidar (...) Yo no sabía cómo actuar, le dije que la vida era bella, que me mirara a mí que logré vencer la muerte. En conclusión, yo trataba de darle aliento y lo logré', contó la comediante y actriz.
Agrega que después de compartir la anécdota con su familia, su hijo Juan Sebastián le pidió que tomara las banderas y se empoderara de esa causa 'de decirle a las mujeres de tallas grandes que tienen el autoestima bajo, que se sienten horribles, que se acepten como son, sin complejos'.
'Ahí nace la campaña Gordamente, en la que yo le digo a todo el mundo que la belleza no tiene tallas, ni color, ni religión', dice.
Añade que ella es 'cero complejo', que lleva sus 'kilos de más con mucha dignidad', e incluso los ataques e insultos que recibe por redes sociales —que son minoría— simplemente les da 'control, alt, suprimir'.