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Ataviados con gorros de lana, sombreros, lentes y coronas de flores, centenares de cráneos humanos fueron objeto de culto el jueves en Bolivia, en el 'Día de las ñatitas', en el Cementerio General de La Paz, pues le atribuyen poderes milagrosos.

El camposanto, con 192 años de antigüedad, se convierte cada 8 de noviembre, en centro de un nutrido flujo de creyentes que a principio de la jornada se estimó en unos 30.000, según su administrador Ariel Conitzer.

Los cráneos son de familiares, heredados de generación en generación o corresponden a cuerpos olvidados en los mismos cementerios y los devotos les rinden cultos, llamándolas 'ñatitas', por ser figuras humanas ñatas o sin nariz.

Durante la festividad, los creyentes comparten comida alrededor del cráneo e incluso, horas más tarde, organizan fiestas donde se consume bebida y más alimentos.