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A José David Cantillo le enseñaron que a los ‘machos de verdad’ solo le podían gustar las mujeres, que tienen un modo de ser determinado y una sola manera de vestir. Es decir, una única forma de que sean masculinos y que 'es así como los hombres deben ser'.

Ante la pregunta ¿qué significa ser hombre?, Cantillo responde: 'Ser hombre es complicado. Es más duro que ser mujer. A ellas les toca más fácil, hacen amistades rápido, más si son lindas'.

Lo dice mientras domina su retroexcavadora, en medio de obras que se ejecutan en la carrera 50, entre el Barrio Abajo y Montecristo de Barranquilla. Cantillo detuvo la acción de la máquina y aceptó hablar sobre las masculinidades. Sobre qué exige ser masculino, qué supone ser macho y de cuántas formas cree él que se puede ser masculino.

'Solo hay una forma. Si te transformas en… ya no eres masculino', considera el hombre de 36 años, que llegó a la ciudad en su adolescencia proveniente de Pivijay (Magdalena).

Esa idea que defiende Cantillo, –como podrían defender muchos otros hombres– explica el psicólogo y consultor sobre temas de masculinidad Francisco J. Royett, hace parte del modelo de hombres establecido en forma hegemónica, un concepto que 'urge' que sea revaluado en la sociedad denominada 'patriarcal'.

'Vivimos en tiempos en los que es necesario que despertemos nuestra conciencia de ser hombres, de nuestra masculinidad, no en el sentido de ser más machos que otros hombres o estar por encima de la mujer', señala Royett, quien lidera el colectivo de hombres ‘Solo para Machos’ y que dicta por estos días en la ciudad talleres sobre las masculinidades conscientes.

'Nuestro discurso se orienta a pensar en activar las energías del ser masculino y entender que en nosotros hay una energía femenina que debe estar armonizada con la mujer, con otros hombres y con nosotros mismos', es su consigna.