Compartir:

Al conmemorarse hoy 100 años del natalicio del acordeonero, cantautor y juglar de la música vallenata Alejo Durán, vale la pena recordar en esta tercera entrega de la serie periodística que venimos publicando sobre su trayectoria; algunos capítulos memorables de su vida.

Para ello consultamos a historiadores y folcloristas que nos cuentan detalles sobre estos episodios.

Tomás Darío Gutiérrez destacó que el triunfo como primer rey de la Leyenda Vallenata, en 1968, fue sorpresivo; pues los favoritos eran Emiliano Zuleta Baquero, Toño Salas y Luis Enrique Martínez, más cercanos al círculo musical de Valledupar. 'No es que Alejo fuera un desconocido, se sabía que provenía de una familia muy musical, y logró imponerse no solo porque era un buen ejecutante del acordeón, sino por su carisma'.

Esa gracia, encanto e incluso seducción que transmitía Alejo, y que lo hacía simpático entre la gente; la corrobora el compositor Gustavo Gutiérrez Cabello, jurado del primer Festival junto a Rafael Escalona y Tobías Enrique Pumarejo.

'La empatía que tuvo Alejo con el público durante las fases del concurso fue su plus. Ver la manera como ponía de pie al público con su digitación suave y aplomada, le fue dando el rótulo de favorito del pueblo. La gente sacó pañuelos y por eso la corona fue suya. El veredicto prácticamente lo entregó la gente con sus aplausos, ya que esa nota sencilla era la que la gente distinguía con facilidad'.

En la faceta de Durán fuera del escenario Tomás Darío Gutiérrez lo reconoce como un tipo carismático, chistoso, al que le gustaba referir anécdotas.

'Era muy didáctico para explicar las raíces de la música vallenata. Viajó por muchos pueblos y veredas con esa bondad que lo hizo gigante', agregó sobre la personalidad de Gilberto Alejandro Durán Díaz, nombre de pila del ‘Negro grande Colombia’, como también se le conocía.

El investigador cultural Celso Guerra Gutiérrez recordó la manera como Alejo se convirtió en el primer Rey Vallenato. La contienda final fue disputada la noche del martes 30 de abril de 1968 en la plaza Alfonso López, corazón de Valledupar.

'Con 49 años fue el mejor entre los 30 acordeoneros que se inscribieron. Derrotó en la final a Ovidio Granados (segundo puesto) y a Luis Enrique Martínez (tercero). Recibió $5.000 de premio'.

Según explica Guerra, Durán salió vencedor del primer Festival Vallenato tras un hecho curioso.

'Emiliano Zuleta Baquero, quien ya se creía rey, no se presentó a tarima luego de los tres llamados reglamentarios que le hicieron para la ronda final. Esta ausencia fue causa directa de eliminación. Le aplicaron el reglamento y quedó excluido de la competencia. Se especula que el viejo ‘Mile’ andaba celebrando por anticipado su triunfo, se emborrachó y no le paró bolas al llamado'.

En la final Alejo Durán actuó acompañado en la caja por Pastor ‘El Niño’ Arrieta, y en la guacharaca por Juan Manuel Tapias. Interpretó cuatro de sus grandes éxitos, el paseo, La cachucha bacana; el merengue, Elvirita; el son, Alicia adorada; y la puya, Mi pedazo de acordeón.