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Dago García, vicepresidente de producción del canal Caracol, quien además es libretista de televisión y cine, fue uno de los amigos más cercanos al recién fallecido Fernando Gaitán. Él estuvo conversando desde las 5:00 p.m. en La Cueva sobre el proceso creativo y legado que dejó su colega quien murió el pasado 29 de enero en la capital de la República.

Su amistad perduró tres décadas, lapso en el que sostuvieron tertulias casi que interminables, en las que Fernando era al que más se le escuchaba la voz. 'Eso sí nunca daba detalles de sus proyectos, entre otras cosas porque trabajamos para canales diferentes, él en RCN y yo en Caracol, pero eso nunca afectó nuestra amistad'.

Un día antes de que Gaitán muriera, sostuvieron su última conversación cuya temática giró en torno al viaje que harían a nuestra ciudad para participar en el Carnaval Internacional de las Artes. 'He venido para recrear su vida, especialmente su proceso creativo. Puedo comenzar por decir que con Betty él mató el mito de La Cenicienta y le puso el moño. Con sus argumentos demostró que la fea pudo reinar entre las bellas y con sus virtudes se hizo la más amada. Hizo la novela perfecta y hoy todos nos siguen midiendo con esa producción'.

Dago y Fernando eran como decimos en la costa auténticas llaverías, al punto que en una ocasión Dago le pidió que le sirviera de actor en su película Mi abuelo, mi papá y yo. 'Le tocó hacer de sacerdote en el bautizo de un niño. Lo llamé de afán para este papel, y Fernando como siempre estuvo dispuesto a hacer felices a sus amigos se puso la sotana y actuó'.

Sobre el éxito de sus carreras Dago afirmó que radicó en darle un estatuto al personaje cómico. 'Lo hicimos protagonista de la novela y eso nos consagró. Nuestra generación de libretistas venía recogiendo lo sembrado por grandes como Julio Jiménez, Marta Bossio y Bernardo Romero, pero nosotros revolucionamos la televisión con esta premisa'.

‘Volvía emocionante hasta una junta’

García dice que nunca entendió cómo Gaitán era capaz de volver emocionante una junta directiva de una empresa. 'Una de sus mayores virtudes era que sabía dosificar el tiempo y los argumentos, era tal el encanto de sus personajes que hacía 60 capítulos de la trama y otro 60 de los personajes recordando varios pasajes, así como lo hacía La Gaviota en ‘Café’. Él decía que vivía robándole a las empresas por eso, eso fue algo que siempre le envidié', contó entre risas.

Otro de los aspectos que destacó de su colega y amigo fue su creatividad.

'Betty tenía un presupuesto reducido, eso obligó a Fernando a hacer las grabaciones encerrado en una oficina y esa misma circunstancia lo obligó a forjar unos personajes maravillosos. Los diálogos tenían mucha riqueza, así que esa limitación la convirtió en su principal fortaleza'.

'Yo le aprendí y escribí la telenovela ‘Pecados capitales’, teníamos un gran elenco al que se le pagó muy bien, pero los pusimos a convivir en una casa ahorrando así dinero en extras, transportes y pudimos desarrollar una gran trama'.

Al final recibió una máscara en forma de tucán, como recuerdo de este Carnaval.