¿Alguna vez se ha preguntado cómo se dice determinada palabra en algún idioma?, ¿y si hablamos de lenguas?
En el caso de la lengua de señas el asunto quizá se vuelve un poco más complejo, sin embargo todo está dado para que esas brechas queden en el pasado. Cada 21 de febrero se celebra el reconocimiento de esta como una de las 69 lenguas nativas de Colombia desde 2016.
La lengua de señas es hablada aproximadamente por 2.867 personas sordas en el país entre niños, jóvenes y adultos, siendo el grupo minoritario más grande que usa una lengua nativa, seguida por el wayuunaiki que es hablada por los wayuu, según el Sistema de Matrícula Estudiantil del Ministerio de Educación.
Gracias a sus particularidades lingüísticas y estructura gramatical, el Ministerio de Cultura la incluyó como parte del patrimonio inmaterial, cultural y lingüístico de Colombia, lo que garantiza su preservación y divulgación. Pero la pregunta sería entonces es: ¿cómo podemos aprenderlo?
Como parte del reconocimiento y promoción de esta lengua, el Instituto Nacional para Sordos (Insor) realizó junto al Instituto Caro y Cuervo el Diccionario Básico de la Lengua de Señas Colombiana que cuenta con 1.200 señas. Cada una cuenta con descripción y forma de realizarla. Además, actualmente hay un diccionario virtual que brinda en formato multimedia y de manera interactiva muchísima información al respecto.
Sheila Jineth Parra, coordinadora del grupo de lenguas intérpretes del Insor, explica que surgió como necesidad de hacer una recolección de todo el repertorio lingüístico.
'Se empezó con la recolección de la memoria histórica, la manera fue a través del vocabulario. Para 1997 se comenzó con el lenguaje básico de la mano de la Universidad del Valle y luego la alianza con el Instituto Caro y Cuervo', recuerda. Se tenía en cartillas inicialmente, pero no en un diccionario bilingüe. 'Se trabajó con lexicógrafos porque era una parte fundamental. No era solo poner la palabra, su significado y la seña, es hacer también la representación del movimiento', agració.
Se trata de una lengua que tiene un componente muy alto de movimiento, por lo cual se hace fundamental la explicación de cómo realizar cada seña incluida allí bajo el parámetro de frecuencia de uso por lo cual cuenta con 1.200 señas, cada una con descripción y forma de realizarla.
'Se acercan al español como una segunda lengua y se promueve el uso con ejemplos en diferentes contextos', dice Parra sobre los principales objetivos de este proyecto que además permite estandarizar la lengua en el país.
Virtual
Y en época donde lo virtual es más atractivo al público, los videos se convierten en guías y las búsquedas son más sencillas, se creó la plataforma Insor educativo. Se trata de un diccionario virtual. 'El diccionario básico del papel se traslada a las pantallas y tiene dos niveles: cotidiano y académico'.
Este se divide en dos grandes secciones. La primera es el léxico de uso cotidiano que consiste en repertorio básico, utilizado para satisfacer necesidades comunicativas y expresivas de la vida diaria de las personas. Y la segunda agrupa los términos de uso académico que consiste en un repertorio especializado de señas, categorizados en términos utilizados en bachillerato y los empleados en educación superior.
'Tiene varias formas de búsqueda que aún está en proceso de alimentación. Por alfabeto, por configuración manual, por región. Y en cada palabra se cuenta con la seña, definición y un ejemplo de uso', sostiene Parra.
Se trata de casi 10 años de trabajo que ayuda a comprender la importancia de esta lengua en nuestras interacciones, concientizar que es una herramienta muy importante y dar el valor real que este tiene en nuestra sociedad.