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El príncipe de Gales, Carlos, llegó el martes al parque John Lennon de La Habana conduciendo un descapotable británico de 1953 y participó en la ceremonia de inicio de la construcción de una planta solar que promete ser la mayor del Caribe, financiada con capitales del Reino Unido.

Acompañado de su esposa Camila, duquesa de Cornualles, el heredero de la corona británica comenzó así su tercer día de visita a Cuba, a tono con la capital cubana, una ciudad caracterizada por cientos de autos antiguos aún en circulación.

Vistiendo un traje color crema y una corbata con los colores de la Union Jack, el príncipe descendió del MG color negro y saludó a decenas de curiosos que lo esperaban, junto a una escuadra de motoristas con sus máquinas británicas Norton y Triunfo.

Uno de los propietarios de vehículos antiguos obsequió al príncipe un habano, el tradicional puro cubano, que éste agradeció y entregó a una persona de su séquito.

Dentro del parque en el barrio de El Vedado, lo esperaba una representación de la comunidad británica residente en la isla, con la que departió unos minutos.

Carlos y Camila contemplaron la estatua del exBeatle que da nombre al parque, una figura de bronce a tamaño natural sentado en pose despreocupada en un banco, obra del escultor cubano José Villa Soberón, que inauguró el 8 de diciembre de 2000 -20 años después del asesinato de Lennon en Nueva York- el entonces presidente Fidel Castro.

El príncipe y la duquesa se sentaron junto a la estatua y posaron para los fotógrafos.

Luego la pareja real caminó unos cincuenta metros hasta el 'Submarino Amarillo', un club estatal que recuerda al famoso cuarteto de Liverpool, donde escuchó por unos instantes música británica tocada por una pequeña banda cubana.