Esculturas vallenatas. Como antesala al Festival Vallenato, se abrirá el 25 de este mes una interesante exposición en la Casa Gases del Caribe en la capital del Cesar. Se llama ‘Deidades vallenatas’ y son 12 esculturas intervenidas a cuatro manos por los artistas Carla Celia y Joaquín Botero. Es un homenaje a esas valiosas mujeres de la región que inspiraron a compositores con bellas canciones a ritmo del acordeón como Matilde Lina, la Patillalera, la Vieja Sara, Berta Caldera y Alicia Adorada, entre otras ¡Ay hombe!
Esculturas vallenatas. Este trabajo no se realizó de la noche a la mañana. Es producto de una larga investigación, para lo cual la dupla de artistas viajó a Valledupar para conocer de primera mano las historias de esas mujeres que fueron inmortalizadas por compositores enamorados. Por ejemplo, La Maye, cuyo nombre de pila es Marina del Socorro Arzuaga, fue la eterna musa del maestro Rafael Escalona (cuando era su novio y con quien después se casó) para escribir canciones como El Testamento, La despedida y La Maye, en las que el compositor le expresaba su amor. En cambio, Berta Caldera, otra joya vallenata, la escribió Bienvenido Martínez a un amor imposible.
Era Martha la reina I. A Martha Ligia Restrepo, cuyo fallecimiento la semana pasada causó consternación, le tocó la época dorada del Concurso Nacional de Belleza. A los 18 años fue elegida como Señorita Atlántico en el Hotel El Prado por un jurado selecto, entre quienes estaba nada menos que el pintor Alejandro Obregón. Viajó a Miami para comprar el ajuar que luciría en el reinado de Cartagena que le costó $20.000. En ese entonces no existían tantos diseñadores ni preparadores como hoy. Las mismas candidatas se maquillaban y peinaban. Llegaban a Cartagena luciendo vestidos muy conservadores que complementaban con coquetos sombreros, guantes y zapatos tacón puntilla. La moda que mandaba la parada eran los peinados altos con enredos, los postizos y pelucas. Los trajes de baño eran enterizos y con varillas.
Era Martha la reina II. Martha Ligia fue coronada como Señorita Colombia en 1962, en el Teatro Cartagena, tras desfilar– como el resto de concursantes– en shorts, vestido de calle y, al final, con traje de gala. El jurado hacía sus apuntes con lápiz y papel. Varios artistas colombianos se presentaron esa noche, entre ellos Los Tolimenses. La figura internacional fue el compositor y cantante puertorriqueño Bobby Capó, autor de célebres canciones románticas como Piel canela. El concurso, que presidía en ese entonces doña Tera Pizarro, le entregó de premio a la nueva soberana varios viajes por toda Colombia y un contrato de las firmas patrocinadoras valuado en $48.000 ¡Qué épocas!
Carnaval sin afán. Cuentan amigas y allegados, que cuando Martha Ligia fue reina del Carnaval las soberanas no tenían tantas actividades como en la actualidad, y su corte real lo integraban unos cuantos. 'Las princesas eran bautizadas con nombres poéticos como Princesa del Mar, del Sol, por mencionar algunos', recordó una de ellas. La coronación de Martha Ligia fue en el Estadio Municipal (hoy Romelio Martínez) y el montaje de su espectáculo lo hizo la recordada coreógrafa Sonia Osorio. Las grandes fiestas se celebraron en el Country Club de Barranquilla, pero tanto la reina como su séquito visitaban las verbenas de los barrios a bordo de carros a los que llamaban 'correteos'. Hace seis años Martha Ligia asistió a una fiesta de polleras que realizó aquí Germen de Paz para celebrar 50 años de su reinado.
Con la realeza de Mónaco. En el tradicional Baile de la Rosa con el que Mónaco le da la bienvenida a la primavera, el gran ausente fue el diseñador Karl Lagerfeld, a quien se le rindió homenaje porque siempre tuvo un papel imprescindible en la organización y decoración del salón para esa celebración que tiene como fin recaudar fondos para la Fundación Princesa Grace Kelly. El glamour imperó en esa cita anual a la cual acudió la realeza y personajes del jet-set. Entre el selecto grupo de invitados estuvo la barranquillera Marina Danko y su pareja, el millonario italiano Fabio Mantegazza.
En las efemérides de la ciudad. 'El fervor por Barranquilla es su gente. Y lo que define a esta gente es su afán de abrir puertas. Las de sus casas y de sus corazones. A la gente que llega de otras partes, desde más lejos mejor. El alma barranquillera es receptiva, permeable, porosa. Como de esponja. Cordial, acogedora, capta e incorpora enseguida a todas las circunstancias ajenas. Las hace suyas como si las estuviera inventando', así dice parte del prólogo que escribió Juan B. Fernández Renowitzky en el libro Así es Barranquilla. La obra de ediciones Gamma y Consuelo Mendoza la presentó EL HERALDO en 1999 como símbolo del progreso de la ciudad, ejemplo para el resto de Colombia.