En diferentes puntos del departamento del Atlántico se dio inicio a la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos, día en que se conmemora 'la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén'.
En la Catedral Metropolitana María Reina de Barranquilla se vivió la jornada con una procesión que partió de la carrera 44 con calle 55 y que culminó en el templo.
Tanto la procesión como la eucaristía estuvieron presididas por monseñor Pablo Salas, arzobispo de Barranquilla, quien realizó el recorrido cargando una planta que llevaba en una maceta y que reflejaba el deseo de la Iglesia Católica por la conservación del medio ambiente.
Los fieles católicos llegaron en masa hasta el principal templo católico de la ciudad y con devoción recibieron la bendición de los ramos y del agua que se otorga en este día.
Algunos de ellos incluso aprovecharon la fecha para pagar mandas y favores a Dios, como fue el caso de Evaristo Montaño, un barranquillero al que se le vio recorrer la iglesia ataviado con un largo collar con cientos de cuentas.
Tal como lo explicó, cada una de las 365 cuentas que tenía el collar representaba la repetición de una oración que susurraba entre dientes en cada uno de los lugares en los que se estacionaba momentáneamente.
'Lo que estoy representando es un viacrucis, mientras recito mis oraciones', manifestó Evaristo al salir de la cúpula del agua bendita, su tercera estación en la iglesia, pues ya se había arrodillado frente al altar y en el centro de la Catedral. Como él, muchos fieles hicieron lo mismo en otras parroquias.
Siguiendo con la tradición, hoy se realizaron varias eucaristías, desde las 8:00 hasta las 11:00 de la mañana, en la parroquia Nuestra Señora del Carmen para brindar a la comunidad el espacio de asistir en un horario más cómodo.
El sacerdote Máximo Rafael Pérez Patiño, párroco del templo, estuvo presto a recorrer cada banca de la iglesia para así hacer llegar la 'bendición que otorga el agua bendita' a todos los creyentes que asistieron fielmente a la eucaristía.
Difícilmente se encontraba a alguien solitario o apartado de la comunidad religiosa durante la celebración. El común denominador en todas las jornadas eran los grupos familiares que se mantuvieron unidos durante la celebración religiosa e instaban a los más pequeños a ser participes de ella.
Los infantes solían apoderarse de los ramos y moverlos al ritmo de las alabanzas que amenizaban la celebración eucarística.
Para algunos esta es la 'mejor forma de educar a los niños en la fe católica y en sus costumbres'. Así lo aseguró Efraín Gamarra, que asistió al evento en compañía de su esposa Sandra Oquendo, y de sus hijos Santiago y Gabriela de 12 y 4 años, respectivamente.
'Al traer a nuestros hijos podemos mostrarle nuestra devoción hacia Dios y hacia la iglesia y sentimos que al venir juntos la bendición nos llegará a todos', expresó.
Los Ramos de olivo, la alternativa ecológica que se sintió en San Roque
En la parroquia de San Roque se dieron cita cientos de feligreses para vivir la celebración, bendición y conmemoración de este primer domingo de Semana Santa.
Batiendo sus ramos, de olivo en su mayoría, los creyentes recibieron la procesión del sacerdote y los colaboradores de la iglesia, que iban presididos por un incensario que 'purificaba' el paso de la caravana religiosa.
En concordancia con la acción del arzobispo Pablo Salas, muchos asistentes a este templo católico decidieron optar por usar ramos de olivo en vez de la tradicional palma de cera que está actualmente en un alto riesgo de extinción.
Brenda Ferrer una vendedora de San Roque tenía una gran cantidad de ramos de olivo para suplir las necesidades de los creyentes a un precio muy módico. 'Los estoy dejando a 500 pesos', decía a los feligreses que pasaban cerca suyo.