Ariana Grande se convirtió el domingo por la noche en la artista principal más joven en actuar en Coachella, con un espectáculo que contó con invitados de alto nivel como la reunión de la banda de los años 90 Nsync.
El fenómeno de 25 años también invitó al escenario a la rapera Nicki Minaj y retomó clásicos del hip hop, actuando junto a Sean 'Diddy' Combs y Mase en un homenaje al recientemente tiroteado Nipsey Hussle y a su exnovio Mac Miller, que se suicidó el pasado mes de septiembre.
Grande es la cuarta mujer que encabeza Coachella, un festival de moda que dura tres días y que se celebra cada año bajo el sol del desierto de California.
La posición en cabeza de cartel es un tanto a favor de Grande después de un año en el que la joven cantante ha pegado duro en la audiencia batiendo récord tras récord con dos álbumes rompedores.
Abrió el espectáculo con su gran éxito que elogia el placer sexual: God Is a Woman (Dios es una mujer) y seguidamente tocó el hit Break Up With Your Girlfriend, I'm Bored.
Cuatro de los cinco antiguos miembros de Nsync se reunieron para la ocasión, Justin Timberlake, que ascendió a la fama tras la disolución de la banda, brilló por su ausencia. Pero los cuatro restantes hicieron vibrar a una exaltada audiencia y a la propia Ariana, que apenas estaba en la escuela primaria cuando la banda irrumpió en escena, y que declaró: '¡Estoy repasando mi vida entera en este momento!'.
Los artistas interpretaron entonces el clásico de 1997 Tearin’ Up My Heart al ritmo de la coreografía original, y la multitud hizo signos de paz durante la actuación de Grande con Diddy y Mase, con los tres cantando el megahit de 1999 Mo Money Mo Problems.
Los artistas rindieron homenaje a Miller y Hussle, que murieron tiroteados, y mencionaron a Biggie y Tupac Shakur, cuyos asesinatos en los años 90 constituyen los máximos exponentes de una era donde abundaron las muertes de raperos.