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El yoga es una filosofía de vida que abarca mucho más que una práctica física. Es un camino que conduce a un bienestar emocional', dice María Laura Pizza, maestra de yoga certificada por la escuela internacional Sivananda y profesora de Yogacorazón.

Es posible que conozca a alguien que hace yoga. Quizá esa persona le ha hablado acerca de las maravillas mentales y espirituales que ofrece esta práctica milenaria originaria de la india. Así fue como Adriana Ramírez empezó a practicar. Una amiga la convenció de asistir a su primera clase cuando tenía 30 años. Desde ahí se convirtió en una adepta de esta disciplina.

Adriana tenía algo de sobrepeso y constantemente sentía dolores en la columna, las rodillas y la cadera. Además, acababa de salir de un divorcio, que sumado a ciertos problemas laborales tenían al borde del colapso su estado anímico.

'La primera clase fue muy liberadora. Me sentí extrañamente feliz. Los achaques fueron desapareciendo conforme pasaba el tiempo. Creo que practicar yoga transformó mi vida, me hizo una persona más reflexiva, más saludable y mucho más tranquila', manifestó.

En el yoga se le llama asanas a las diferentes posturas corporales que se ejecutan al practicarlo. Algunos estudiosos de esta filosofía manifiestan que mientras se ejecute correctamente la postura esta puede estabilizar el cuerpo y la mente, liberando al practicante de las ansiedades del futuro.