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'Somos parte de la naturaleza, no sus dueños', dijo Raúl Torres, un hombre de piel mestiza, oscurecida por el trabajo en el campo. Vestía una túnica y un kursuno (pantalón) de hilo blanco y sobre su cabeza portaba el gorro tutusoma, símbolo que lleva puesto desde que alcanzó la edad adulta, cuando se comprometió a guardar el equilibrio de la montaña sagrada: la Sierra Nevada.

Torres es delegado de la comunidad arhuaca. Habla con un acento poco común porque el español es su segunda lengua: la primera es la lengua amerindia iku, bintuk o simplemente arhuaco.

'La naturaleza es el centro de todo. Si la destruimos se acaba nuestro hogar y el hogar de nuestros hermanos menores', expresó Torres refiriéndose a quienes viven en las ciudades e ignoran la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas.

La preocupación de este vocero indígena, natural del territorio sagrado de Gúnmaku, fue compartida en el Museo del Caribe ante diferentes medios de comunicación por el estreno del reality del canal regional Telecaribe El hermano menor.

'La Tierra es una entidad viva y los seres humanos somos solo una parte. No el centro del planeta', expresó este arhuaco, uno de los ‘hermanos mayores’, o sea, los llamados a ser guardianes del equilibrio universal.

Su visita a Barranquilla, en compañía de algunos mamos y autoridades arhuacas, se dio con el propósito de difundir sus inquietudes por los cambios que está sufriendo el territorio tan aceleradamente como consecuencia de la crisis climática.

La comunidad consideró pertinente 'abrir su corazón' y las puertas de su tierra sagrada a la producción de este programa que tiene como propósito difundir los valores ancestrales, promover el cuidado por la naturaleza y dar a conocer la cultura de este pueblo, resumieron los arhuacos.

Siete parejas de la región Caribe participarán en El hermano menor. Mañana a las 9:00 de la noche será su estreno.

El reality, que será conducido por la exreina del Carnaval Giselle Lacouture, fue rodado durante 20 días en la Sierra Nevada.

Como una anécdota curiosa el gerente de Telecaribe, Juan Manuel Buelvas, contó que durante la grabación del capítulo final las cámaras permanecieron apagadas por más de siete horas mientras que los mamos meditaban con la madre Tierra sobre si era conveniente continuar con el proceso. Recibida la autorización de las autoridades, tanto el equipo de producción como los finalistas comprendieron que la paciencia y espiritualidad son virtudes de un pueblo que 'no vive de las ansias mundanas'.

Raúl Torres escuchó con su rostro impasible la anécdota de Buelvas al tiempo que masticaba una hoja de coca.

'Lo que ustedes no saben es que todo ocurre en el tiempo de la Sierra', añadió con voz pausada.