Claudia Álvarez se levanta todos los días al rayar el alba para tratar de hacer rendir las horas entre todas sus ocupaciones. Antes de tener listo su desayuno, recorre metódicamente cada jaula y cama dispuesta en la extensión de su refugio Corralito de Amor. El motivo, cerciorarse del estado de los 20 animales que está cuidando actualmente.
Al dar las ocho de la mañana, ya vestida y dejando arregladas las necesidades de las mascotas, sale de su casa a recorrer las calles de la ciudad en busca de animales abandonados, maltratados o enfermos.
Los afortunados los lleva consigo y les brinda una 'segunda oportunidad'.
Según Animalatón, en Barranquilla existen al menos 50 animalistas líderes de fundaciones, refugios y redes de hogares de paso que dividen su tiempo entre sus trabajos y la labor de búsqueda, rescate y resocialización de perros y gatos en condición de abandono.
'Es triste, pero la realidad es que todos los días se pueden encontrar animales nuevos en lugares que ya han visitado. Si bien es cierto que la tendencia a adoptar ha crecido últimamente, también lo es que el abandono no da señales de disminuir', manifestó Claudia.
La realidad es que la clave en este movimiento de acción humana para la protección animal es la adopción de los ciudadanos, pues de lo contrario y tal como lo explican las fundaciones, no darían a basto para suplir las necesidades de tantos animales.
Hasta hace un par de años las fundaciones y personas animalistas trabajaban de manera individual y su labor pasaba desapercibida. Muchas de estas iniciativas se iban perdiendo por falta de recursos o pocos procesos de adopción que ayudaran a adecuar el espacio entre los animales rescatados.
En 2016 se creó la iniciativa Animalatón que busca reunir a todas estas personas en un evento en el que los barranquilleros pudieran enterarse de la necesidad de hogar de muchos perros y gatos de la ciudad.
A partir de ahí las cosas empezaron a tener un rumbo de trabajo, las fundaciones se hicieron más visibles y las oportunidades de adopción comenzaron a llegar con mayor frecuencia.
'En la primera versión de Animalatón se realizaron 40 adopciones. En la última del mes de junio de 2019 superamos las 110, este es un gran logro en un tiempo relativamente corto. Lo bueno es que en este evento las personas pueden acercarse a las carpas de cada fundación, conocer a las mascotas y el trabajo que ellas vienen realizando, además de sus necesidades', explicó Claudia Álvarez.
Los animalistas señalan que en la ciudad no existe una entidad que los ayude económicamente en proyectos como la compra de alimentos. Adecuación de instalaciones o tratamientos veterinarios, por ejemplo, suelen salir del bolsillo de líderes y voluntarios, además de esporádicas donaciones.
Liza Zarate lidera la Asociación de Animalistas y asegura que prácticamente les ha tocado 'trabajar con las garras' para lograr la resocialización de mascotas que es uno de sus principales objetivos.
'Conocemos el caso de fundaciones que llevan años de trabajo y aún no cuentan con una sede o refugio propio (...) Actualmente nos encontramos construyendo un refugio donde podamos tener a nuestros animales que hoy están en hogares de paso, pero ha sido un proceso lento debido a la falta de recursos y materiales', dijo Zarate.