Las adaptaciones de sus clásicos dibujos animados a películas con actores de carne y hueso le han otorgado a Disney una serie de éxitos de taquilla en los últimos años, como El libro de la selva o las recientes Dumbo y Aladdin. Pero la nueva versión de El Rey León representa una apuesta aún mayor.
Con un presupuesto de 250 millones de dólares y un elenco de voces entre las que figura la de la cantante Beyoncé, las expectativas son grandes para esta película que vuelve a contar la historia de Simba, un joven león que deberá vengar la muerte de su padre para erigirse en rey de la sabana africana.
En noviembre del año pasado, la presentación en sociedad resultó más que auspiciosa: el avance promocional fue visto por 225 millones de personas en las primeras 24 horas, cifra récord para Disney.
La película, que se estrenará el viernes en Estados Unidos, fue generada prácticamente en su totalidad por computadora. Sin embargo, este Rey León no es un filme de animación 3D convencional.
Según su director, Jon Favreau, en el rodaje de la película se empleó una novedosa técnica: fue filmada por un equipo tradicional de técnicos, pero que trabajó dentro de un mundo virtual en tres dimensiones.
El proceso implicó que tanto realizadores como actores utilizaran cascos de realidad virtual para 'entrar' en una sabana artificial, como en un videojuego, para filmar las escenas o simplemente mirar versiones en bruto de las andanzas de Simba y sus amigos.
'El equipo se calzaba sus cascos, exploraba el entorno y podía instalar las cámaras dentro de la realidad virtual', dijo Favreau a periodistas en una conferencia de prensa el miércoles en Beverly Hills.
Este método encantó a JD McCrary, que presta su voz al joven Simba en el comienzo de la película.
'Nos poníamos los cascos y teníamos una especie de control remoto en la mano', relata el actor. 'Se podía ver todo, las tierras del reino, la roca del rey; veía todo, fue genial'.
Para trabajar en un set de filmación virtual no se precisan conocimientos específicos sobre efectos visuales, por lo que técnicos sin experiencia en esa área pudieron trabajar y aportar en esta película su conocimiento tradicional.
Esta inmersión en la realidad virtual permitió a técnicos y guionistas visualizar la película durante el propio rodaje y realizar ajustes, como por ejemplo en la iluminación, directamente.
Luego, las imágenes generadas se enviaban a Londres, a la compañía de efectos visuales MPC, donde se procesaban para darles el lustre de la versión final.
Inspirado por documentales
La película también se inspiró en los documentales del famoso cineasta británico David Attenborough, quien ha hecho que la naturaleza sea admirada por millones de personas en todo el mundo.
Desde que comienza, el remake busca atrapar la mirada de la audiencia con impresionantes 'escenas' de antílopes, cebras y antílopes galopando a través de la sabana.
A diferencia de la caricatura original, las caras de los animales en esta nueva versión son realistas y no se parecen a las de los humanos.
Para Favreau es importante que la película dé 'la ilusión de ser un documental naturalista'.
'Vimos (...) todos estos documentales de Attenborough en la BBC, y (vimos la forma en que) la emoción podía expresarse sin representación humana', explicó.
Otra ruptura con la tradición: los actores que prestaron sus voces a los personajes, y que generalmente hablan solos en cabinas, grabaron juntos en el escenario, lo que les permitió improvisar. Así fue recreada la célebre escena en que Simba aprende la filosofía 'Hakuna Matata'
('No hay problema', en lengua suajili).
A Seth Rogen, la voz del jabalí Pumba, le pareció 'asombroso' que se le pidiera que improvisara en 'lo que probablemente sea la película más increíble, tecnológicamente hablando'.
El remake del éxito de 1994 sigue meticulosamente la historia de la primera película, e incluso vuelve James Earl Jones como la voz del padre de Simba, Mufasa.