Pyer Moss ofreció un desfile que quedará registrado sin duda como el más increíble de esta Semana de la Moda de Nueva York (NYFW). La puesta en escena recreó el pasado domingo una gran misa ante un público en trance.
Tras dos shows muy comentados en febrero y septiembre de 2018, y luego una pausa en la última temporada, el diseñador estadounidense de origen haitiano Kerby Jean-Raymond, el alma de Pyer Moss, era esperado para concluir su trilogía sobre la herencia afroestadounidense. Y llegó con ‘Sister’, un show rocanrolero dedicado a la cantante Sister Rosetta Tharpe (1915-1973), cuya mezcla de gospel y blues es considerada como una de las primeras versiones del rock'n'roll.
El desfile fue montado en el gran Kings Theatre, en Flatbush (Brooklyn), el barrio donde el diseñador creció, y que lo acogió a sala repleta. En el escenario, más de 60 coristas y una orquesta interpretaron clásicos de la música negra, del soul al rap.
Con un casting 100% negro o mestizo, Pyer Moss celebró un glamour afroestadounidense exigente y sofisticado a lo largo de varias épocas. Propuso mucha seda en fucsia, rojo, amarillo o azul Francia tanto para hombres como mujeres. Para ellos, grandes hombreras. Para ellas, un gran trabajo en las mangas.
Kerby Jean-Raymond advirtió que su próxima colección no será consagrada a la cultura afroestadounidense.
'No soy un tipo que habla de la cuestión racial de manera permanente', dijo. 'Hablo de las cosas que me importan en general'.
A los 32 años, al niño mimado de la moda estadounidense, Reebok le acaba de crear una división tendencias especialmente para él.
Sigue defendiendo ferozmente su independencia y libertad. 'Me importa un bledo vender ropa', dijo a un grupo de periodistas tras el desfile.
'La marca podría vender más', dijo, 'pero yo me niego a fabricar algo que no tenga sentido'.