Dicen que una película de terror cumple su cometido cuando le obliga a taparse los ojos. Un plan infaltable en Halloween es, sin duda, quedarse frente a la pantalla de su televisor con palomitas de maíz, pizza y una buena compañía para disfrutar algunos de los clásicos de este género.
No todos los cinéfilos se sienten atraídos por el suspenso, el gore o el cine negro. Sin embargo, el misterio detrás de emblemáticos filmes popularizaron el terror como una de las categorías más llamativas del séptimo arte.
Hay ‘thrillers’ que pasaron a la historia por escenas que se quedaron grabadas en la memoria de los espectadores. Es posible que en alguna ocasión haya tenido pesadillas con un libro de Stephen King o con una cinta de terror psicológico de Alfred Hitchcock.
¿Quién no recuerda a un perturbado Jack Torrance intentando romper la puerta con un hacha en El Resplandor? En esta cinta, la huella de Stanley Kubrick pasó a la posteridad como una película de culto que se catapultó en lo alto de la historia del cine.
El resplandor (1980)
Una de las escenas más memorables del terror psicológico es cuando Jack Torrance (Jack Nicholson) en la cinta de Stanley Kubrick intenta destrozar la puerta del baño para matar a Wendy (Shelley Duvall). Hicieron falta 60 puertas y tres días de rodaje para completar la escena que más tarde se convertiría en un icono del cine. Kubrik, descrito a menudo como perfeccionista hasta la obsesión, repetía tomas una y otra vez buscando que el rostro de Nicholson relejara la ira y la locura del cansancio por el rodaje.
Psicosis (1960)
La emblemática cinta de Alfred Hitchcock, rodada en blanco y negro se considera hoy en día una de las joyas cinematográficas más importantes de todos los tiempos. La escena que dura dos minutos, en la que (Marion Crane) interpretada por la actriz Janet Leight es asesinada en la ducha por un demente Norman Bates (Anthony Perkins) que se viste como su madre por padecer trastorno de personalidad, contó con 78 planos y 52 cortes, suficientes para cambiar la historia del cine de terror. Hitchcock, demostró con la memorable escena, que incluso tiene un documental, que el verdadero monstruo o ser sobrenatural está en la misma retorcida mente humana.
