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En los últimos meses el príncipe Carlos se ha situado a la cabeza de la familia real. El heredero ha tenido un aumento notable de compromisos oficiales a los que ha asistido en nombre de los Windsor: 507 en 2018.

Carlos, de 71 años, es el príncipe que por más tiempo ha sido primero en la línea de sucesión en la historia de la monarquía británica. Desde 1958 ostenta el título de príncipe de Gales siendo su vigésimo segundo poseedor.

En poco tiempo, el hijo mayor de la reina Isabel II podría asumir las funciones de rey en calidad de príncipe regente, según informaron medios británicos.

Monarca regente

La reina Isabel II no tiene en sus planes la abdicación. Pero, contempla el retiro en 18 meses, al cumplir 95 años.

La soberana aún conserva una cifra considerable de compromisos reales —283 en 2018—, sin embargo, por su avanzada edad, ha reducido su actividad, sobre todo, en viajes al extranjero, eventos en los que Carlos la ha sustituido. El rey consorte de Inglaterra, Felipe de Edimburgo se retiró también a los 95 años. Su influencia fue vital en decisiones que tomó la casa Windsor para proteger la monarquía.

El ahora septuagenario Carlos, conocido por su sentido del humor y por patrocinar más de 400 organizaciones benéficas, no tiene la completa aceptación de los ingleses que todavía no le perdonan el triángulo amoroso con la amada princesa de Gales, Diana Spencer —fallecida en un accidente de auto en París en 1997— y Camila Parker Bowles, su actual esposa y duquesa de Cornualles, quien fue su amante desde que inició su joven matrimonio con Diana. 

La figura de príncipe regente no existía en Reino Unido desde 1811, cuando el rey Jorge III empezó a presentar un deterioro de su salud mental asociado a una enfermedad en la sangre llamada porfiria. En ese entonces, su hijo mayor asumió la agenda como monarca y su regencia duró nueve años.

En un Estado monárquico la regencia puede darse cuando el soberano es menor de edad y durante la ausencia o incapacidad del legítimo portador.