Pasó la vida en medio de las plumas. Y a los 89 años, el artesano italiano Gianni Bracciani mantiene la mirada radiante mientras camina por su taller donde sigue creando piezas para las principales casas de moda.
A pesar de su edad, Gianni trabaja todos los días junto con su hija Emanuela, de 51 años, para crear, intercambiar opiniones, recibir proveedores o incluso si es necesario pasar la escoba.
'Plumas, plumas, para mí, es una pasión', confiesa el octogenario de ojos azules que no piensa jamás retirarse.
Entre plumas nació. El origen de su empresa se remonta a 1883, cuando su abuelo comenzó a importar desde París piezas de alta costura y luego plumas que vendía en Italia, especialmente para sombreros.
Su padre continuó la aventura, y él, a la edad de 15 años, prefirió trabajar más que ir a la escuela.
Primero se encargaba de confeccionar los paquetes, luego el padre lo enviaba por toda Europa a contactar clientes, especialmente en Francia.
Cuando tomó las riendas de la compañía junto con su esposa Lucía, decidió dedicarse también a la ropa.
Importantes firmas italianas, francesas, inglesas y estadounidenses le hacían encargos.