Cuando llega la temporada de fin de año se vuelve común escuchar mensajes que invitan al perdón y a la reconciliación. Además, debido a la Navidad, las personas se sienten propensas a buscar alternativas para limar asperezas con personas cercanas o compañeros de trabajo con el objetivo de cerrar ciclos y darle un nuevo aire al año que llega, lo cual ayuda a ponerle fin a los resentimientos generados a lo largo del 2019.
La psicóloga Andrea Ortega Bechara explica que 'aunque el proceso de perdonar no es fácil es necesario para la salud física y emocional'. La experta reconoce que si este paso fuese sencillo, todo el mundo perdonaría.
Muy a menudo las personas cargan con el peso del rencor y ahí es donde juega el hecho de reflexionar sobre el daño que este puede hacer a nivel personal.
'Uno debe hacer una autoevaluación y empezar a cuestionarse qué se está cargando dentro de sí. Se debe preguntar qué está pesando por dentro de lo cual aún no se es consciente'.
Ortega, quien lidera en Colombia el proyecto 'Construyendo comunidades que perdonan al rededor del mundo a través del método Reach Forgiveness', explica además que nadie se va a salvar de que en algún momento de su vida sea ofendida por las acciones de otras personas, pero hace un especial énfasis en lo que significa que dichas ofensas lleguen de parte de allegados.
'Todos vamos a encontrar algo que nos ha afectado, y paradójicamente lo vamos a hallar en personas cercanas. Nos duele lo que queremos, cuando hablamos de terceras personas no nos duele tanto como cuando lo hacemos de un familiar o amigo'.
Reconciliación. Alejandra Díaz, también psicóloga, coincide en lo planteado por Ortega y complementa con la tesis de que el perdón y la reconciliación son procesos totalmente diferentes. 'Perdonar no es sinónimo de reconciliar', afirma.
Uno de los ejemplos que emplea Ortega es el de las personas que han sufrido maltrato físico por parte de sus parejas. La experta indica que en esa situación se debe perdonar, pero no es recomendable la reconciliación.
De acuerdo con las profesionales, la falta de conocimiento y pedagogía en el tema ha sido muy nociva, esto está llevando a que muchas personas no quieran perdonar porque se sienten obligados a reconciliarse.
Otro aspecto a tener en cuenta es que perdonar tampoco es dejar pasar o no buscar justicia, 'eso es totalmente equivocado'. Ortega sugiere que se puede perdonar y a la vez buscar que se le sean restablecidos los derechos. 'Eso no significa condonar la ofensa y creer que está bien'.
En todo caso, las dos psicólogas coinciden en el hecho de que el perdón y la reconciliación son procesos que ameritan reflexión.