Si usted es de los afortunados que en estas vacaciones disfrutó de la calma que ofrece el mar, de los relajantes sonidos de la naturaleza y sus bellos paisajes, o si añadió sitios desconocidos a su lista viajera, es posible que en estos días se encuentre intentando hacerle frente a una realidad, quizás no tan agradable: volver al trabajo.
Las fiestas de fin de año marcan un periodo de desconexión en muchos trabajadores. Los e-mails y el teléfono celular descansaron de las órdenes del jefe por varios días. No obstante, terminada la pausa es momento de retomar la rutina, los horarios y los quehaceres.
Lo anterior puede parecer molesto o angustiante. El estrés que genera el regreso al trabajo tras las vacaciones es comúnmente asociado con el ‘síndrome posvacacional’, que se manifiesta con síntomas que afectan el estado de ánimo como la ansiedad, apatía, irritabilidad, insomnio, cansancio físico, dolor de cabeza, falta de concentración, entre otros.
La psicóloga especialista en gestión del talento humano María Paola Restrepo explica que aunque es erróneo llamarle 'síndrome' sí podría tratarse de un trastorno que afecta la salud de los individuos.
'Puede reconocerse por generar hastío de volver al trabajo, mal humor y, en algunos casos, ansiedad. Sin embargo, ni la Organización Mundial de la Salud ni las clasificaciones internacionales para enfermedades reconocen este cuadro como una enfermedad', explicó.
Para la profesional, la clave está en afrontar la rutina con buena actitud, pues estos síntomas podrían durar en promedio cerca de tres días.
'Antes de que acaben las vacaciones, la persona debe ir haciendo ejercicios de acoplamiento a la rutina, mentalizándose de que muy pronto volverá a estar de cara a sus responsabilidades cotidianas', agregó.
María González, empleada en una empresa de atención al cliente, dice sentir 'guayabo' al recordar que en dos días se terminan sus vacaciones.
Para María, lo más difícil es retomar los horarios, pues en sus días laborales se levanta a las 5 de la mañana para hacer ejercicio, luego regresa a su casa para preparar a su hijo para el jardín y más tarde se va a su trabajo.
'Por varios días me sentí de muy mal humor, cansada y débil. Pero la idea de empezar un nuevo año es recargarse de energías positivas. Así que lo mejor es dejar atrás la pesadez de volver a trabajar y regresar con las pilas puestas', dijo.
Francisco Javier Lavilla Royo, especialista de Nefrología de la Clínica Universidad de Navarra en España, publicó una investigación sobre el ‘síndrome posvacacional’ en la que especifica que, aunque es un término relativamente nuevo, posiblemente se manifiesta desde hace varias décadas como un reflejo de la vida moderna.
'Es un proceso de adaptación necesario cuando se entra de nuevo en contacto con la vida activa. Cuando ese proceso de adaptación fracasa, entonces se generan una serie de molestias, pero que no pueden catalogarse como enfermedad', cita en un artículo publicado por el profesional en la página web de la institución.
'Hay autores que defienden la definición de este proceso como una enfermedad. Debe considerarse como tal si se tiene en cuenta que una enfermedad es cualquier problema que afecta la esfera de bienestar. Este bienestar no incluye solamente el aspecto físico, también abarca el emocional y social'.