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Desde hace un par de años un aparato ha venido marcando lo que muchas mujeres consideran una 'revolución' en el placer femenino.

Empezó a hablarse de él tímidamente en pequeños grupos y reuniones de amigas, los rumores y recomendaciones elevaron su popularidad hasta llevarlo a ocupar espacios de discusión en redes sociales, en las agendas de famosas influencers y titulares en secciones de estilo de vida de prestigiosos diarios y revistas de todo el mundo. 

Se trata del Satisfyer, un juguete que se ha transformado en un verdadero símbolo de reivindicación de la sexualidad femenina por tener como único objetivo el placer de la mujer. 

¿Cómo funciona?

 El aparato es un succionador de clítoris, que según el médico sexólogo Emiliano Morillo funciona con ondas que generan un fuerte estímulo en esa zona. 

'Con solo poner el aparato sobre el clítoris se genera una erección en esa área erógena produciendo orgasmos clitorianos intensos en muy corto tiempo', explicó. 

Su cuerpo es de aproximadamente 16 cm y tiene una apariencia similar a un limpiador facial. Este aparato tecnológico carga a través de un cable USB en un computador de mesa o portátil. La cabeza del succionador está hecha en silicona antialérgica y se retira para lavarla cuando sea necesario. El más famoso de estos modelos —el Pro 2— es de color rosa, mientras que existen en el mercado nuevos diseños como uno en forma de pingüino y otro de color morado que se utiliza en pareja.

'Orgasmos garantizados'

 Gisella Pupo dice que empezó a comercializar estos productos hace cerca de dos años en la ciudad cuando aún no eran tan populares. 

'En países como España, Argentina o Estados Unidos estos productos se han convertido en un fenómeno. Las mujeres han logrado empoderarse de su sexualidad y dialogar sobre ella, sin miedos ni vergüenza. En Colombia el mercado de los juguetes sexuales sigue siendo un tabú', dijo. 

Pupo, quien afirma enfocarse en el 'bienestar sexual' de sus clientes, asegura que con el Satisfyer 'los orgasmos son garantizados' en alrededor de dos minutos. 

'No es fácil que una mujer alcance el orgasmo. Se necesita una gran conexión de la mente y el cuerpo, en ocasiones, algunas nunca lo logran. Esta es una herramienta altamente eficaz para alcanzar un placer que para ciertas mujeres es muy difícil de obtener', agregó. 

Revolución feminista

 En la caja del Satysfyer una mujer —con actitud militante—aparece enarbolando una bandera rosa con ondas blancas. Esta imagen, bastante acertada para el marketing, transmite un mensaje directo: la mujer como dueña absoluta de su propia sexualidad. 

Daniela Rodríguez*, una barranquillera de 28 años, que compró este producto hace dos años a través de una tienda en línea, defiende su uso como la 'libertad' de la mujer 'sobre su placer y su deseo que durante mucho tiempo le había sido negada'. 

'El disfrute sexual de la mujer siempre ha sido satanizado. Pienso que es un acto de reivindicación hacia nuestras libertades. El sexo con nuestras parejas en ocasiones es mezquino y egoísta. Muchas veces preferimos callar sobre lo que no nos gusta o nuestras insatisfacciones para no herir a nuestro compañero. Ahora podemos pensar primero en nosotras', dijo.

 Marina Puello, de 49 años, dice haber comprado a lo largo de su vida diversos productos de uso sexual; sin embargo, nunca había sentido 'ese máximo placer que ofrece el Satisfyer'.

'Uno no se alcanza a imaginar cómo ese aparato sin necesidad de introducirse puede generar orgasmos tan intensos en tan corto tiempo y de manera repetitiva. En algunas ocasiones he llegado a llorar. Un vibrador no produce ni el 10% de placer comparándolo con el Satisfyer', dijo. 

'Hay culturas que censuran el placer de la mujer', declara Martha Álvarez, de 32 años.

'El sexo con nosotras mismas no es un pecado y me parece importante que ya se esté hablando abiertamente del tema. A veces la paso mejor con el Satisfyer que con mi pareja', apuntó. 

¿Y el calor humano?

La influencer española Reishe, con más de 350.000 suscriptores en su canal de Youtube, publicó un video en el que decía sentirse preocupada porque muchas de sus seguidoras le habían manifestado no sentir el mismo interés en sus parejas desde que probaron el Satisfyer. 

Para Gisella Pupo este es un punto en el que se debe tener especial atención. 

'Los juguetes son herramientas para la búsqueda del bienestar de la persona. El sexo mejora la calidad de vida, el estado anímico, pero esto no quiere decir que vaya a reemplazar el amor, las caricias, el diálogo y la compañía que se tienen con el ser querido', señaló.

Los juguetes no son enemigos

 Por su parte, el doctor Emiliano Morillo recalca que el hecho de vivir en una cultura machista influye en que los juguetes sexuales sean, en ocasiones, prohibidos en la cama. 

'El machismo en las relaciones de pareja impide que exista un diálogo adecuado. Las mujeres tienden a no decir lo que quieren en la intimidad por miedo a la reacción de sus parejas o a la vergüenza'. 

Morillo recomienda el diálogo porque 'el placer de la pareja también genera placer'. 

'Los juguetes sexuales son una opción para que las parejas no caigan en la monotonía. Son un complemento del sexo, cuando hay diálogo la pareja no los usa en secreto, ni busca nuevas experiencias fuera de la relación'. 

Estefanía Pérez compró un Satisfyer para usar con su esposo. 

La joven recuerda que pagó en la tienda 300.000 pesos en monedas —de su alcancía— para llevar una experiencia extrema a su relación. 

'En algún momento la vida en pareja se vuelve monótona. Eso es algo que mi esposo y yo tenemos presente y queremos evitar. Compramos un producto que es para parejas y tiene ambas estimulaciones. De verdad llevamos nuestra relación a otro nivel', dijo la mujer, recordando entre risas el episodio de las monedas. 

'Valió cada peso', remató. *Nombre cambiado a petición de la entrevistada.