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Por *Rafael Bassi Labarrera, especial para EL HERALDO

Con el Trío Tercera Generación conformado por Ubaldo 'Neno' Martínez, Hugo Estrada y Elias Villanueva se estará celebrando en el XIV Carnaval Internacional de las Artes el centenario del Jilguero de la Sierra Nevada. Hace 100 años, el 1 de abril de 1920, nació en Ciénaga, Magdalena el cantante y compositor Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez. 

La sesión conmemorativa del Centenario del Natalicio de Guillermo Buitrago estará conducida por el escritor cienaguero Edgar Caballero Elias, más conocido como el Chichi Caballero, autor del libro 'Guillermo Buitrago cantor del pueblo para todos los tiempos'.

Dice el Chichi que 'la música de Guillermo Buitrago era sencilla, alegre, con ritmo que se componía casi de oído y con una letra auténtica, llena de gracia en la que relataba hechos de la vida cotidiana'.

Guillermo Buitrago, aunque muchos no lo quieran aceptar, es el padre de la música Vallenata. Fue el Mono Buitrago quien popularizo los aires vallenatos entonando canciones de Rafael Escalona, Emiliano Zuleta y otros compositores de la Provincia.

En una crónica de Gabriel García Márquez, escrita en 1983, el Premio Nobel de Literatura, escribió 'En Bogotá —por los años cuarenta— se transmitía los domingos un programa de radio con música para bailar que se llamaba la Hora Costeña y que muy pronto se convirtió en una parranda matinal para los estudiantes caribeños Allí se tocaban el Porro y la Cumbia, el Fandango y el Mapalé, pero ni un solo Vallenato. Y no solo porque los costeños sabíamos que el vallenato no era para bailar sino para escuchar, sino porque nadie allá arriba sabía de su existencia y de su pureza. En la Costa Caribe en cambio, el programa de más prestigio de esa época era una hora de canto de un hombre de Ciénaga —Guillermo Buitrago— a quien hay que reconocerle, entre otros muchos méritos, el de haber sido el primero que puso la música vallenata en el comercio, dando a conocer a muchos compositores, que hoy goza de mucho renombre'.

Gran parte de la obra musical de Buitrago relata de una u otra forma, la espontaneidad, la gracia y la alegría de su patria chica, de sus compadres, amigos y de la mujer cienaguera.

'Lo que hacen ahora los vallenatos y sabaneros con el canto y el acordeón, lo hacía antes Buitrago con su guitarra y su canto emocionado', afirmaba el historiador Ismael Correa Díazgranados.

El glorioso trío de Guillermo Buitrago y sus Muchachos estaba conformado por Ángel Fontanilla en la guitarra puntera, Buitrago en la guitarra rítmica y voz principal y Carlos 'el mocho' Rubio en la guacharaca (al tipo le faltaba el antebrazo izquierdo).

En los años cuarenta del siglo pasado, el joven Jilguero de la Sierra Nevada desarrolló una carrera musical impetuosa que comenzó presentándose en emisoras regionales como Ecos de Córdoba, Radio Magdalena hasta llegar a Emisora Atlántico donde se convirtió en un ídolo al punto que a mediados de 1947, Toño Fuentes, fundador de Discos Fuentes y pionero de la industria discográfica en Colombia, llegó a Barranquilla buscándolo para llevarlo a grabar a su estudio en Cartagena. Dicen que la canción más exitosa de Buitrago y sus muchachos grabada con Discos Fuentes fue Compae Heliodoro. 

El Mono Buitrago era un espécimen raro entre los costeños: rubio, de tez blanca, alto, bien peinado, corbata de nudo perfecto y una sonrisa de triunfador a priori que acentuaba su barbilla protuberante y sus enormes orejas paradas que delataban su ascendencia paisa. Su padre, Roberto, había llegado a Ciénaga desde Marinilla, Antioquia, seguramente atraído por la bonanza del banano. Allí se casó con Teresa Henríquez.

 Buitrago falleció cuando estaba en la cúspide de su carrera. Se tejen muchas historias alrededor de su prematura muerte, tenía apenas 29 años y estaba a punto de firmar un contrato con una célebre orquesta cubana.

Las canciones de Guillermo Buitrago siguen alegrando la vida de los colombianos. Enhorabuena el Carnaval Internacional de las Artes da inicio al año musical Guillermo Buitrago que esperamos se celebre con bombos y platillos en el restaurado Templete de la Plaza de Ciénaga.