Compartir:

En un texto publicado en The New York Times, el director Martin Scorsese describe el cine como 'una revelación estética, emocional y espiritual'. Esa 'revelación' pervive, según Scorsese, cuando una obra gira 'en torno a los personajes'. Sus contradicciones, sus complejidades, sus naturalezas disímiles y —en ocasiones—, sobre esa capacidad intrínseca en los seres humanos de 'herirse' y —en una simbiosis paradójica— 'amarse unos a otros'.

El pasado domingo, la característica de sorprender desde el arte con los entresijos propios de la humanidad —cualidades de la buena cinematografía que describe Scorsese— conquistaron los Premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood con Parásito. 

La película que se debate entre la comedia negra y el thriller se llevó cuatro de las más importantes estatuillas: Guión Original, Mejor Director —premio que disputaba con el oscarizado Scorsese en liza por El irlandés— Mejor Película Internacional y Mejor Película.

Parásito es la primera cinta de habla no inglesa que gana el premio más codiciado en 92 años de existencia de la Academia. Un galardón histórico en un (posible) acto de reivindicación y corrección política ante llamamientos del público al boicot por unos premios muy caucásicos y masculinos.

Las violencias que se ejercen de arriba hacia abajo por las jerarquías sociales, y a su vez, abajo (entre los oprimidos), se acumulan como lava volcánica silenciosa y destructiva, hacen parte de la narrativa de Parásito.

Un sincretismo en el que la injusticia, desigualdad e inequidad alimenta de resentimientos y odios viscerales a sus protagonistas, en un escenario siniestro y casi escatológico entre humanidades descompuestas donde nadie genera empatías. 

Parásito pone de manifiesto una cruenta reflexión sobre el consumismo. Es una crítica —sin verbalizarlo— a las desigualdades en las relaciones de poder que supone el estilo de vida capitalista.

La película habla por sí misma desde los planos, la fotografía y su cinematografía. El cine que confronta 'lo inesperado en la pantalla y en la vida', el mismo que defiende Scorsese como 'un arte equivalente a la literatura, la música o el baile'.

'sorpresa'

 Para el docente de cine de la Universidad Autónoma del Caribe, Julio Lara y el crítico y director del Cineclub de la Aduana, Pepe Enciso los cuatro galardones a Parásito fueron sorpresivos.

'Estoy sorprendido porque había estupendas películas. Pienso que el tema de la desigualdad influyó por la crisis de la democracia y el capitalismo. Creo que lo principal fue la temática de la inmensa brecha entre la pobreza y la riqueza. Además, este año, se consideró mucho la parte técnica. El director de Parásito Bong Joon-ho fabricó totalmente los sets, inclusive la mansión donde se desarrolló la trama', manifestó Enciso.

Lara, por su parte, dice que la premiación hay implícito un mensaje 'de índole político'.

'Una película como Parásito que tuvo un recorrido ejemplar por festivales del mundo nos recuerda que Estados Unidos es una tierra de inmigrantes y su victoria es la oportunidad de traerlo a la palestra de la opinión pública. Aunque la obra es de un realizador que se construye en Surcorea no desconoce su influencia de directores de todo el mundo', dijo.

Ambos conocedores coincidieron que en la categoría a Mejor Película Internacional la ganadora sería Dolor y Gloria de Pedro Almódovar. Otra sorpresa.

Discurso poderoso

 Uno de los momentos más significativos de la noche lo tuvo el ganador del Oscar a Mejor Actor por Joker, Joaquin Phoenix

El actor, de 45 años, que le dio vida al psicótico y olvidado Arthur Fleck habló de derechos, de igualdad, de respeto por el medio ambiente.

'Creo que cuando hablamos de desigualdad de género, de racismo, de derechos LGBT, o de derechos de los animales estamos hablando de la lucha contra las injusticias. Hablamos de la lucha contra la creencia de que un país, un grupo, una raza, un género o una especie, tiene el derecho de dominar, controlar, usar y explotar a otro con impunidad. Creo que nos hemos desconectado mucho del mundo natural y somos culpables de tener una visión egocéntrica del mundo', manifestó al recibir su primer galardón.

¿Diversidad?

 La actriz Natalie Portman tuvo su aparición en la alfombra roja del Dolby Theatre luciendo una capa de Dior negra bordada a mano en hilos dorados con los nombres de las directoras que no fueron nominadas.

Una de las principales críticas a los premios fue la casi inexistente representación femenina. Ninguna mujer—luego de trabajos magistrales en 2019— fue nominada a la categoría de Mejor Director.

Greta Gerwig (Mujercitas), Lulu Wang (The Farewell), Lorene Scafaria (Estafadoras de Wall Street), Marielle Heller (Un amigo extraordinario), Mati Diop (Atlantique) fueron algunos de los nombres con los que la ganadora del Oscar a Mejor Actriz en 2010 (El cisne negro) envió el contundente mensaje de protesta a la falta de inclusión y diversidad de la Academia.

Las nominaciones fueron criticadas, además, porque solo una actriz negra Cynthia Erivo (Harriet), entró en las categorías de actuación.

'Los Oscar han cambiado en los últimos 92 años... En 1929 no había actores negros nominados', dijo Steve Martin a Chris Rock al presentar el primer premio de la noche. 'En 2020 tenemos uno', contestó Rock.