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Alfredito De la Fe, uno de los músicos que sacudió el violín para apartarlo de la música clásica y adaptarlo a la salsa, tiene listo un tema dedicado a Barranquilla. El artista cubano que se erigió como uno de los grandes de este género, al punto de hacer parte de las Estrellas de Fania, envía un mensaje cargado de positivismo y sabrosura en tiempos difíciles como los que atraviesa la capital atlanticense, una de las más afectadas por la pandemia del coronavirus en Colombia.

Se llama Barranquilla tiene fe, una letra que escribió evocando los gratos momentos vividos en la ‘Puerta de Oro’ de Colombia, ciudad que visitó por primera vez en 1983 y con la que tiene una conexión que lo llena de buena vibra.

Las primeras pinceladas a esta obra musical comenzó a darlas en Bogotá, donde está radicado. Desde la capital de la República y por sugerencia de sus amigos Víctor Ariza y Jorge Padilla, quienes lo motivaron a cantarle a La Arenosa, decidió invitar a tres cantantes muy cercanos a él para lograr que su mensaje sea escuchado por todos los rincones. Iván Villazón, Checo Acosta y Chatella fueron los elegidos para esta misión musical que pretende ser un bálsamo de alegría.

'Íbamos a esperar que pasara la pandemia para lanzarla, pero por el momento tan duro que afronta Barranquilla con esta pandemia sentimos la necesidad de lanzarlo ya, luego le haremos el video, pero ahora lo importante es que reciban este mensaje que brotó del fondo de mi alma', dijo De la Fe en diálogo telefónico con EL HERALDO.

Y es que a este habanero cuando se le pregunta por Barranquilla habla con mucha naturalidad, al punto que utiliza palabras como: 'Nojoda, vaina y cipote viaje'.

'Escribí esta canción con la intención de llevar un mensaje alegre a Barranquilla, una ciudad que es capaz de sobreponerse a cualquier adversidad. El espíritu alegre de su gente creo que todo lo puede y lo soporta', manifestó.

Este hombre de 66 años, quien tuvo como madrina de bautizo a Celia Cruz, a quien luego acompañó como director musical de diferentes giras mundiales, contó que se valió de estribillos de temas muy conocidos como Barranquillero arrebata’o y Obsesión, para adornar su propuesta. En cada estrofa Alfredo habla del empuje de este pueblo, su baile y sabrosura. 'Aquí lo más importante es decirle al mundo que el barranquillero tiene una fuerza increíble y un sabor único. Su manera de hablar, de bailar, de caminar y de ser no tiene comparación, eso es lo que me tiene conectado con esta bella ciudad desde la primera vez que pisé su suelo a inicios de los ochenta'.

De sus invitados contó datos reveladores. De Villazón sostuvo que es un salsero empedernido. 'Iván es un fanático de la salsa tremendo y el jamás había grabado algo en este género, por eso decidí extenderle la invitación para este tributo, algo que aceptó muy gustoso y el resultado es muy armonioso, me llena de satisfacción poder haberlo ayudado a cumplir su deseo de cantar salsa'.

La ‘Voz Tenor del Vallenato’ ya había participado en dos discos del cubano: Alfredo De la Fe Vallenato (1985) y Homenaje al vallenato (2017).

Su romance con Barranquilla

En 1990 ya había hecho Barranquilla es, un tema bien sabroso que le permitió alzarse con el Congo de Oro ese año (Mejor Artista Solista), es por eso que constantemente hace referencia a la gran conexión que tiene con esta ciudad y hasta dice con convencimiento 'soy un barranquillero más'.

Aquí debutó en 1983, en un bar que se llamaba Papagallo, de su amigo Javier Gutiérrez.

En ese año acababa de estrenar el álbum Triunfo, esa producción incluía el tema La candela soy yo, que la emisora Radio Universal lo puso a sonar con fuerza hasta ser el número uno de su listado.

'Lo primero que recuerdo a mi llegada a Curramba es que iba por la calle y pasó una chiva con una pintura mía, eso me impactó demasiado y prometí que algún día me quedaría para siempre, siento que ese momento ha llegado, una vez culmine la pandemia me voy a mudar a Barranquilla, eso está decidido'.

Su madre fallece

‘El violinista de la salsa’ reveló a este medio que el coronavirus le arrebató a su madre, Hilda Díaz.

Alfredito viajó con su esposa a Nueva York a visitar a su madre de 99 años, pero el pasado 5 de abril ella murió infectada por la COVID-19. 'Mi madre estuvo 22 días en un congelador porque las calles de Nueva York estaban llenas de cuerpos refrigerados porque los servicios funerarios estaban a tope, y no pudimos ni hacerle un funeral. Ahora estoy muy apegado al espíritu de mi madre, ella me guía, a fin de mes llegaba al siglo de vida, ella me tomó de la mano desde que nací y me llevó a la escuela de música a los 6 años, siempre me dio apoyo. Apenas hace días recibí sus cenizas', lamentó el cubano que regresó a Bogotá en un avión con cupo para 400 personas, pero solo viajaron 19, las cuales debieron cumplir una estricta cuarentena.

'El que no crea que el coronavirus existe está mirando para el lado equivocado, hay que ver la realidad de lo que está sucediendo y la única forma de salir de esto es cuidándonos. Si los barranquilleros en especial no se ponen las pilas, serán mucho más de mil muertos (ya la ciudad tiene 1.085) los que tengamos que contar. Es muy triste ver morir a un familiar por un descuido, quedémonos en casa', pidió el doctor en música de la Escuela de Julliard.

Cerca de la muerte

El 6 de febrero de 1954, cuando nació en La Habana, Alfredito estuvo al borde de la muerte y su padre lo llevó en los brazos a la iglesia de Las Mercedes. Allí, cuenta, caminó de rodillas desde la puerta hasta el altar para ofrecérselo a Dios.

Esta no sería la única vez que estuvo a punto de fallecer. Cuando salió de Cuba estuvo 16 días perdido en el mar en medio de una tormenta. También encaró a la muerte cuando estuvo en el infierno de la drogadicción.

'En todas esas ocasiones Dios me salvó (...) Aun así lo más duro que he vivido es esta pandemia', sentenció.