No se trata solo de la secuela de la película más cara de la historia, ni de una continuación de más de tres horas de la cinta más taquillera o tampoco de una extensión de la ganadora de tres Óscar.
La tecnología, el costo monetario, la consciencia ambiental y el tiempo de preparación fueron claves para James Cameron.
No se trata solo de la secuela de la película más cara de la historia, ni de una continuación de más de tres horas de la cinta más taquillera o tampoco de una extensión de la ganadora de tres Óscar.