Una madrugada después de una presentación musical, el cantante Jorge Oñate llegó a su casa y su cuerpo entró en el natural descanso. Estando en esas, tuvo un sueño que lo hizo despertar. Su mente estaba en línea directa con su corazón trasmitiéndole unos versos y una melodía para dedicarla a un ser que alegraba su vida, su nieta, la que cariñosamente lo llamaba 'Papa'.
Porque Shadia está muy grande
es que Shadia se creció,
ella es el amor de papá
que me la bendiga Dios.
Un verso sencillo que expresaba el más ferviente cariño del abuelo de corazón noble y quien sabía señalar el horizonte con amor y confianza. Shadia Oñate Villafañe, la hija de Jorge Luis y Kelly, le prodigó a su abuelo aquel amanecer feliz, y desde ese momento comenzó a armar el rompecabezas de versos, para que tuviera la contundencia necesaria, el sentimiento más grande y la melodía exacta para adaptarla al acordeón.
Jorge Oñate no hizo mucho esfuerzo porque días después lo dijo: 'Shadia, es mi primera nieta. Ella es de mi alma y todos saben la adoración que le tengo. A Shadia, la quiero, como también a mis otros nietos, Madena y Jorge Samuel. Prácticamente, a Shadia la criamos Nancy y yo, por eso la adoración es muy grande y ella se comprende mucho con nosotros'. Con estas palabras de amor a sus nietos, la tarea fue fácil porque el corazón mandaba señales de alegría.
Quisiera ser como Escalona
pa’ hacerte una casa en el aire,
que no te visite nadie
solamente mi persona.
La canción tomó forma y Jorge Oñate iba pensando. 'Rafael Escalona, le hizo su canción a Adaluz; Calixto Ochoa, al retoñito; Hernando Marín, a sus muchachitas; Diomedes Díaz, a su muchacho y, otros compositores más le hicieron a sus hijos. Yo también le he cantado a mis hijos: Delfina Inés, Jorge Daniel y Jorge Luis, entonces era preciso hacerlo con mi primera nieta en representación de todos'.
Se me ha ido Delfina Inés,
pero, me ha quedado Shadia,
y también Jorge Samuel
y Madena, son mi alma.
La inspiración lo acompañó y, poco a poco fue armando los versos que le dieran la fórmula precisa para homenajear a su nieta. Esa niña inquieta que adelantaba en aquel entonces el grado de preescolar y que en sus ratos libres también cantaba, queriendo emular a su abuelo.
Me lleno de sentimiento
cada día la veo más grande,
ya me estoy poniendo viejo
no tengo cuando olvidarte.
Cuando la canción había tomado forma, Jorge se la hizo conocer a su esposa Nancy y a sus hijos. Aquella vez, anotó: 'Para mi familia fue algo de mucha alegría y sentimiento. Después la estrené en una presentación en Sahagún, Córdoba'.
El hombre que partió en dos la historia de la música vallenata y las canciones que interpretó suenan por todas partes, bajó su cabeza y como premio dejó correr por sus mejillas unas lágrimas. Esas lágrimas fueron la muestra del más fiel sentimiento que hizo posible que desde su garganta brotaran los más elocuentes versos, dedicados a un ser que Dios trajo al mundo para alegría de todos y que se había convertido en una noticia cantada.