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Si hay algo que tienen en común la mayoría de los artistas, es haber tenido que tocar muchas puertas al inicio de sus carreras recibiendo muchos 'NO' como respuesta, y aunque hoy parezca difícil de imaginar, Shakira tuvo el mismo difícil comienzo.

Para el año 1991, cuando la barranquillera apenas iniciaba a perseguir su sueño de ser una estrella de la música, su tío, motivado por la fe en su querida sobrina, se reunió con un agente de espectáculo en Barcelona, España, a quien le entregó una cinta que contenía nueve canciones del álbum ‘Magia’ de la colombiana.

Se trataba del empresario Jaume Estruch, hoy director de la agencia de artistas Barcelona Animacio, quien en ese entonces, tenía su oficina de representación en el barrio barcelonés de Guinardó, en el mismo edificio que residía el tío de Shakira.