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En el año 1958, nació una promesa musical destinada a dejar una huella imborrable en la historia de la salsa. Aunque nació en la ciudad de la ‘Gran Manzana’, la sangre latina corría por las venas de Kim de los Santos, sus padres puertorriqueños migraron a la gran metrópolis en búsqueda del 'sueño americano', sin saber que su retoño encontraría su éxito en ese rincón del mundo.