Lina Márquez, gerente de Gestión Humana de Triple A, compartió el compromiso de la compañía con la inclusión y el reconocimiento de las mujeres en todos los niveles, incluso en puestos tradicionalmente ocupados por hombres. A pesar de que la empresa tiene sus raíces en sectores como el acueducto, alcantarillado y aseo, áreas que históricamente han sido dominadas por hombres debido al esfuerzo físico requerido, hoy en día las mujeres tienen un papel destacado y se sienten empoderadas dentro de la compañía.
“Somos una empresa masculinizada porque el oficio así lo ha determinado desde que nació la compañía”, señaló Lina Márquez durante su intervención. Sin embargo, la alta dirección ha dado un paso adelante para garantizar que las mujeres también tengan voz y voto en los procesos de toma de decisiones.
En Triple A no hay límites para las mujeres que quieren acceder a cargos que tradicionalmente han sido estigmatizados. Un claro ejemplo de ello es el caso de Angie, quien, después de años de soñar con seguir los pasos de su padre como albañil, logró hacerse un lugar en un puesto de alto esfuerzo físico como oficial de alcantarillado. “Vinculamos a Angie en un cargo muy masculinizado que es oficial de alcantarillado, un puesto que opera un camión que requiere fuerza y trabajo en alcantarillado. Angie no solo soñó con este empleo, sino que también se preparó para él”, destacó la gerente.
El proceso de inclusión en Triple A se enfoca en garantizar que las mujeres trabajen en condiciones óptimas, adaptadas a sus necesidades, pero sin perder de vista la igualdad de oportunidades. “No buscamos que las mujeres sean iguales a los hombres, ya que las diferencias fisiológicas son claras, pero sí queremos que tengan las mismas oportunidades de demostrar su capacidad. Por ejemplo, los baños para mujeres son diferentes a los de los hombres, y establecemos condiciones especiales para que las mujeres trabajen cómodamente”, explicó Lina Márquez.
El impacto de estas iniciativas no solo se siente dentro de la compañía, sino que también tiene un efecto positivo en la sociedad, demostrando que las mujeres pueden desempeñar roles que antes se consideraban exclusivamente masculinos. “Para Angie, trabajar en Triple A no solo le ha permitido mejorar su calidad de vida y la de su familia, sino que también ha generado un profundo orgullo familiar, ya que ella es parte de una tradición de hombres en su familia, pero marcando una diferencia”, señaló Márquez.